La mayoría de las ocasiones en que nos planteamos el problema del tiempo en nuestras vidas es para buscar alternativas que nos permitan ganar más tiempo. Es decir, pareciera ser que el problema principal es que el tiempo no nos alcanza.

Esto sucede por varias razones. Una de ellas es que nos hemos acostumbrado a vivir el tiempo fundamentalmente para otros. Aquí está el tiempo que llevan los roles que desempeñamos, y las metas estudiantiles y/o laborales que nos planteamos, entre otros ejemplos. Ese tiempo es importante sin dudas, pero hay otro tiempo privado y corporal que es urgente.

Invisibilizarlo no va a hacer que deje de tener un impacto en nuestras vidas, porque la velocidad con la que vivimos termina afectando nuestro sistema digestivo, nuestra capacidad para darnos cuenta de los afectos, y nuestra capacidad para tomar decisiones equilibradas, entre otras muchas dimensiones de nuestro Bienestar Emocional.

Por ese motivo, el problema del tiempo en nuestras vidas no es sólo cómo lograr tener más tiempo, sino cómo lograr utilizarlo saludablemente, porque llegar bien a las metas es también llegar con buena salud física y mental. La invitación entonces es también a pensar y sentir las estrategias que tenemos para vivir más saludablemente las responsabilidades que tenemos.

Para esto los invito a la autoadministración de una herramienta. No se trata de una receta infalible, porque cada realidad es única. Sin embargo, se trata de un cuadro con algunas dimensiones que han demostrado internacionalmente ser eficaces para la organización saludable del tiempo, la cual constituye una habilidad clave en todas las etapas de la vida. Los invito a conocer cómo les va, y que puedan tomar decisiones al respecto.

No me alcanza el tiempo ¡Dígame rápido qué puedo hacer!
No me alcanza el tiempo ¡Dígame rápido qué puedo hacer!
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