Apartir del día de hoy surte efectos la licencia que el pasado 28 de febrero me concedió el Pleno de la Cámara de Diputados, un hecho que comparto con entusiasmo y esperanza porque así concluyo el más alto honor con el que me ha distinguido mi querido Querétaro: ser su representante en el Congreso de la Unión. Por ello, en esta ocasión haré un breve recuento de mis actividades como diputado federal.
Durante la 60 Legislatura tuve el alto honor de ser Presidente de la Comisión de Justicia, una encomienda que implicó muchos retos por la gran relevancia del tema en la agenda nacional. La tragedia de la inseguridad en nuestro país hace que esta sea la demanda más constante y urgente de la ciudadanía, lo cual se refleja en el número de iniciativas presentadas en la materia. Es la comisión a la que más asuntos le han turnado en esta legislatura y puedo decir con orgullo que es también la de mayor productividad legislativa.
Mi principal objetivo fue plantear desde la Comisión una nueva visión que simplificara el acceso a la justicia, que garantizara los derechos humanos con especial énfasis en los de los grupos vulnerables y que diera al país más y mejores herramientas para resolver conflictos y así ayudar a la pacificación del país. La apuesta fue muy alta, pero lo logramos: hoy tenemos un nuevo sistema de justicia civil y familiar bajo el esquema del nuevo Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares y la oportunidad de desahogar las vías jurisdiccionales con la Ley General de Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias.
Además de esta legislación, que es la más importante y trascendente que se ha expedido en las últimas décadas, impulsé una amplia agenda con perspectiva de género para prevenir, sancionar y reparar diversos tipos de violencia contra las mujeres. También impulsamos reformas para tipificar delitos y fortalecer sanciones en casos de conductas que aún no estaban penalizadas adecuadamente, tales como los ataques con drones, la tala ilegal y los delitos sexuales cometidos contra menores de edad.
Como legislador uno de mis mayores orgullos también es haber sido un férreo defensor de la Constitución, la legalidad y las instituciones, algo que demostré tanto en mi oposición a los procesos legislativos de iniciativas que atentan contra la libertad o la democracia, como en mis votaciones y participaciones en el Pleno. El freno a la tóxica reforma eléctrica, la defensa del INE y la preservación del Poder Judicial, sólo podían lograrse con la participación activa de la ciudadanía y el voto en contra de quienes nos comprometimos a defender a México.
Tengo la plena certeza de que los resultados que hoy entrego ayudarán a mejorar el acceso a la justicia, a combatir la impunidad y a traer paz y tranquilidad a las familias mexicanas. Hoy sólo me resta decir ¡gracias! Me retiro con la satisfacción de haber cumplido mi deber con México y haber defendido mis convicciones, seguro de que estoy listo para seguir poniendo mi experiencia, mi energía y mis esfuerzos al servicio de las y los queretanos.