Hace cinco años las y los queretanos me dieron la confianza de ser su representante en la Cámara de Diputados, una de las más grandes responsabilidades que he tenido en mi vida. Para mí, oriundo de San Francisquito, representar con orgullo a Querétaro en el ámbito federal fue la oportunidad de compartir al resto del país la grandeza de nuestra ciudad y de nuestro estado. Por ello, como diputado federal y presidente de la Comisión de Justicia, he puesto todo mi esfuerzo y mi trabajo para ser un digno representante de nuestra gente.

Los resultados que obtuvimos en el aspecto estrictamente legislativo hablan por sí solos: 31 iniciativas de reforma presentadas, 11 aprobadas en el Pleno de la Cámara y seis que ya son ley, publicadas en el Diario Oficial de la Federación. Las propuestas que presenté hoy ya son una realidad que mejoró sustancialmente la vida del día a día de todos los mexicanos: más vacaciones para los trabajadores, mejores condiciones para laborar y para obtener créditos para vivienda, medidas de protección más sólidas para las niñas, niños, adolescentes y grupos vulnerables, sólo por mencionar algunas.

Desde la Comisión de Justicia impulsé un paradigma de justicia completamente nuevo, que impactará directamente al 80% de los casos que ocurren en la vida cotidiana de nuestro país. Promoví y coordiné los trabajos para lograr que la ciudadanía acceda de manera más rápida y ágil a la justicia, porque como lo he dicho muchas veces y es mi convicción, la justicia que no llega a tiempo no sirve.

Gracias a los trabajos que emprendimos desde esa importante comisión del Congreso federal hoy hay más mecanismos para garantizar los derechos de las mujeres a una vida libre de violencia; para que niñas, niños y adolescentes crezcan libremente, en paz y con tranquilidad; los ministerios públicos y las policías tienen mejores herramientas para perseguir y sancionar los hechos delictivos que han aparecido de manera más reciente. En suma, logramos que la procuración e impartición de justicia se colocara a la vanguardia.

También llevé el sentir de las y los queretanos al Pleno de San Lázaro: nuestra voz se escuchó alto y claro en contra de la militarización, de la desaparición de instituciones que son pilares para la buena convivencia de nuestra sociedad. Me opuse firmemente a las más desatinadas propuestas presidenciales para evitar el dolor evitable: el de las familias de niños con cáncer, el de las personas que se quedaron sin atención médica y el de los sectores que se quedaron sin recursos por el despilfarro presidencial en obras faraónicas.

Hoy puedo decir con mucho orgullo: lo logramos. Con Todos, con la unidad de quienes viven en Querétaro y de quienes están llegando a vivir aquí, hicimos un papel a la altura de esta gran capital que representa lo mejor de México. Demostramos con trabajo, con esfuerzo y con cercanía permanente, que las y los queretanos estamos listos para llevar a nuestra ciudad y a nuestro estado al siguiente nivel.

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