El conflicto que se vive en Cadereyta es un tema que hasta hoy no ocupa un lugar prioritario para el gobernador, al parecer sus preocupaciones están en cómo seguir sacándole jugo a su iniciativa como estrategia para posicionarse en el ánimo de la ciudadanía.

Desafortunadamente la huelga se da en un municipio que hoy gobierna Morena, gracias a que arrasó en la urnas el pasado 2 de junio, ganando lo comicios casi 3 a 1, llevando a Astrid Ortega a ser quien encabece la administración municipal hasta 2027. Me pregunto si el “gerente” del estado estaría tomando la misma posición indolente, indiferente, omisa y cómplice si esta huelga se desarrollara en Corregidora, donde gobierna su consentido y secretario particular, o en El Marqués, donde los intereses de Acción Nacional son custodiados celosamente por Rodrigo Monsalvo y su antecesor, o en Querétaro, donde el alcalde Macías lleva toda su gestión sorteando diferentes crisis e improvisando mientras finge saber gobernar y graba tik toks bailando.

La respuesta es clara, si esta crisis la viviera algún alcalde amigo, el gobernador ya hubiera dado un manotazo en la mesa y su equipo pondría en la misma diferentes opciones para que ni siquiera el estallamiento sucediera, pero como hoy Cadereyta de Montes es parte de los gobiernos municipales de la 4T, y el único encabezado por una fundadora del movimiento, el gobernador decide darle la vuelta al tema y castigar a los cadereytenses con su falta de empatía, como si su actitud fuera un reflejo del rencor que le tiene al electorado de este municipio por sacar del poder al blanquiazul, que dicho sea de paso, es el partido de las administraciones que en el pasado no tan lejano hundieron a Cadereyta en esta crisis que hoy vive. ¿Acaso el gobernador pierde de vista que Cadereyta también es Querétaro? ¿Será que para él hay queretanos de primera y otros de segunda o de tercera? ¿O cuál será el motivo real de su desprecio por la vida de las y los habitantes de este municipio?

Me es inevitable no mencionar que Cadereyta es uno de los municipios más castigados por Kuri, desde la privatización del agua, hasta la brutal y violenta represión que su gobierno ejerció en Maconí, sin dejar de lado su desconocimiento del estado que dice gobernar, para muestra su pifia de mencionar que Vizarrón estaba en la Sierra, seguramente desde el helicóptero donde viaja no logra distinguir. Una de las razones que el inquilino de la Casa de la Corregidora menciona para no abonar a la solución del conflicto es que no hay recursos, lo cual me parece extraño tomando en cuenta que su gobierno destina 188 millones de pesos a comunicación social o tan sólo hace un año le destinó al exalcalde panista Miguel Martínez casi la misma cantidad solicitada por el sindicato, pero para tinacos, y hoy no hay forma que Kuri se justifique con que la Federación le hizo recorte, ya que Claudia Sheinbaum le dio a Querétaro un aumento de 3 mil millones de pesos. Entonces ¿por qué el gobernador se niega a sumar para que este conflicto llegue a su fin y así las y los trabajadores de ese municipio solventen sus demandas laborales y la vida de los cadereytenses vuelva a la normalidad?

Aparentemente Kuri no le perdona a Cadereyta el cambiar de rumbo, no se preocupe, amor con amor se paga y la ciudadanía tampoco le perdonará lo que le ha hecho a Querétaro.

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