La toma de protesta de la nueva Legislatura tuvo de todo un poco. De entrada, la histórica mayoría que hoy tiene Morena en el Congreso local y su llegada al Teatro de la República al grito de “¡Unidad!”, todos los nuevos y nuevas legisladoras acompañadas por el doctor Gilberto Herrera y la presidenta Rufina Benítez, sin duda es un golpe en la mesa para aquellos cuyo argumento es mencionar una y otra vez las diferencias al interior del partido guinda, sin entender que justo el acto de disentir es lo que le da vida a una organización política, cuyo objetivo es transformar la vida pública de un país. Por otro lado, el rostro desencajado de los blanquiazules al ver la llegada de personajes icónicos de la izquierda local, como el secretario de organización, Ángel Balderas, y por supuesto la presencia del exrector de la UAQ. Posiblemente por eso el gobernador Mauricio Kuri decidió mantenerse lejos del recinto y mandar al secretario de Gobierno en su representación, como si la conformación de la Legislatura queretana fuera algo de importancia menor en su agenda, muy mal por los que hoy asesoran al titular del Poder Ejecutivo estatal, deberían de escuchar las palabras de sus subordinados tricolores, los cuales fueron atinados al mencionar en la voz de uno de sus diputados que al no cambiar los cambiaron, y de no refundarse, se van refundir.

Las protestas de la ciudadanía se hicieron presentes en contra esquina del teatro, desafortunadamente a más de un nuevo legislador se le olvida que su salario sale del pueblo que dicen representar y prácticamente ninguno se acercó a escuchar de primera mano las demandas de los y las manifestantes. Ya en materia legislativa, la sesión se llevó con relativa normalidad, abriendo la serie de posicionamientos, la bancada mayoritaria, con un discurso contundente y claro, aunque en lo personal hubiera deseado que la intervención morenista fuera encabezada por una de las diputadas que vienen de la base, del trabajo territorial y que desde ayer tienen un nuevo encargo. Los tricolores, con partes significativas en su discurso, pero siguen siendo el reflejo de lo que son, cenizas de un partido que algún día fue omnipotente; la diputada “fosfo-fosfo” y la del verde no se salieron del protocolo; el PT con un discurso acorde con su filosofía y al papel que han tenido en la consolidación de la 4T, y por último, Acción Nacional deja más que clara su postura, disfrazada con palabras como “familia” o expresiones de respeto a la vida, pero que con subtítulos se lee como intolerancia, no cabe duda, el PAN vive de las apariencias y del qué dirán, igual que el millonario que pierde su fortuna y que no quiere que la gente lo sepa.

Hasta este momento todo transitaba conforme a la norma, sólo existía un elemento que me llamó la atención, el tartamudeo del decano y no porque sea una eminencia en el trabajo legislativo, sino por su fama de correcto orador y su experiencia llevando este tipo de sesiones, al parecer el nerviosismo se apoderó de él, al estar consciente de que atropellaría una de las etapas de esta sesión al mandarla a receso, esto porque su bancada no tiene los votos necesarios para mantener la Mesa Directiva y necesitaba ganar tiempo para ver si de ayer al miércoles encuentran el modo para atraer los votos suficientes y así consumar sus marrullerías. Miedo, eso es lo que reflejaron los azules, saben que entregan en menos de tres años uno de sus últimos bastiones y el que recibirá estaba sentado en las primeras filas, eso les da mas pavor.

Tiempo al tiempo, la factura del pueblo toca a la puerta azul y tarde o temprano tendrán que saldarla.

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