El mito de que en Querétaro no pasa nada está roto, esa versión caducó desde hace varios ayeres, pero en esta administración tiene mayor relevancia debido a la notable ola de violencia que ha tomado por asalto a nuestra entidad. Ante esta situación el gobernador no sabe qué hacer, en realidad nunca supo cómo actuar ante este tipo de crisis, muestra de ello lo sucedido hace tres años en el Estadio Corregidora, problemática que jamás resolvió y solo entregó una versión oficial dudosa y que dejó insatisfecha a la ciudadanía y sumergida en un temor generado por las imágenes y videos que circularon por redes sociales en donde lo mostrado distaba mucho de lo señalado por el gobernador y su equipo.
Para mala fortuna de las y los queretanos este suceso que cimbró nuestra tranquilidad no fue suficiente escarmiento para que el inquilino de la Casa de la Corregidora pusiera atención en uno de los aspectos de mayor relevancia para la ciudadanía, la seguridad. La ineficiencia de la administración estatal quedó exhibida una vez más con la masacre que se vivió en el Bar Los Cantaritos y en las diferentes ejecuciones que se dieron antes y después de esta catástrofe, las medidas tomadas desde ese día poco y nada han aportado, los amagues del Secretario de Gobierno, Carlos Alcaraz de quitar licencias de funcionamiento a los establecimientos que no cumplan con su cierre, máximo a los 2 de la mañana poco abonarán, como si la inseguridad que estamos viviendo estuviera sujeta a un tema de horario, habría que recordarle que la balacera en Cantaritos fue mucho antes de este nuevo horario que buscan establecer.
La realidad es que las autoridades no tienen control, ni conocimiento del cumplimiento de las medidas de funcionamiento por parte de todos los establecimientos que existen y mucho menos si se encuentran regulados para vender alcohol al público. Hoy nos preocupan diferentes aspectos, empezando por la ceguera y sordera que refleja el gobernador ante la crisis de seguridad, su discurso es repetitivo y se centra en que los culpables son foráneos y que la violencia que se vive de forma recurrente en Querétaro es algo que lo toma por sorpresa porque según él es algo que casi no sucede en nuestro estado.
La violencia ha tocado nuevamente la vida de los y las queretanas, la semana pasada hubo una ejecución donde el saldo fue la muerte de tres personas en el estacionamiento de un restaurante familiar en la capital, uno de los involucrados es familiar de uno de los narcotraficante expulsados del país hace unas semanas, lo preocupante no son sus nexos familiares, sino que este personaje tenía negocios en San Juan del Río y vivía en nuestro estado. Sumado a esto, la declaración de Omar García Harfuch, donde señala que en Querétaro existe reclutamiento de juventudes vía redes sociales para unirse a la filas del crimen organizado es algo muy delicado y que la administración actual ha decido cerrar los ojos ante ello.
Mauricio Kuri y su gobierno pretenden invisibilizar esta crisis, normalizar la violencia que vivimos y hacer caso omiso de la denuncia ciudadana. Mientras tanto se localiza otra toma clandestina en San Juan del Río, mismo municipio donde hace unas semanas se suscitó el feminicidio de una odontóloga , y en Santa Rosa Jauregui se encontró una osamenta humana, y aún así el gobernador no despierta y mucho menos acciona.
La inseguridad tomó Querétaro y los responsables de nuestra seguridad deciden sólo ser espectadores.
Diputado local de Morena