Esta semana, el gobernador Mauricio Kuri tuvo que buscar una nueva estrategia para posicionarse, ya que simple y sencillamente nada le ha salido. Su táctica de denostación al trabajo y persona del doctor Herrera, lejos de afectar al diputado, lo fortaleció ante la comunidad universitaria y el electorado queretano, sólo así se puede entender el crecimiento del conocimiento público del doctor Gilberto y los datos publicados por la casa encuestadora predilecta de los panistas, Massive Caller, donde posiciona a Morena con un 40.5% de las preferencias en Querétaro; mientras los blanquiazules pasan a la segunda posición con un 37.8%. Con estos antecedentes, el botón de pánico se activó una vez más en la Casa de la Corregidora y buscaron el medio para que Kuri pudiera salir del pozo mediático en que se encontraba como consecuencia de sus cambios e improvisaciones en su gabinete, su omisión cómplice con la polémica obra de 5 de Febrero. Entre otras “crisis” que han mermado su administración, para sorpresa de algunos, la nueva estrategia se sustenta en hacer lo que tuvo que haber realizado en su etapa de legislador, crear iniciativas en favor de la comunidad.
En esta ocasión, el gobernador decide abordar el tema de las redes sociales y el uso de celulares en las escuelas a través de la prohibición de éstos para los menores de edad. Curiosamente su gobierno nada ha hecho para que Querétaro abandone el preocupante segundo lugar en violencia para niños, niñas y adolescentes, teniendo este tipo de delitos un incremento del 70%. Tampoco las instituciones de educación estatales tienen una política educativa que informe, cultive y prevenga todo lo relacionado con la educación y formación sexual. Sumado a esto, lo que propone el gobernador ya lo contemplan diferentes plataformas que tienen la modalidad de control parental, así que lejos de ser una propuesta que sirva como protección de las infancias y las adolescencias, termina siendo un montaje más del inquilino del despacho ubicado en Plaza de Armas.
Pero como el gobernador pretende dejar su sello neoliberal, hace unos meses ejecutó, con la complicidad de la Legislatura local, la verdadera Ley Kuri, la cual contempla privatizar el vital líquido en nuestra entidad y violentar el derecho humano al agua, esto para beneficiar a una pequeña camarilla de empresarios mientras el pueblo de Querétaro padece las decisiones del Ejecutivo, que día con día demuestra que gobierna sólo para unos cuantos. Desafortunadamente la violencia ha sido la respuesta del estado ante cualquier protesta en defensa del agua, para muestra lo sucedido en 5 de Febrero o en Maconí, no cabe duda que los panistas forjan la ley con tolete, sangre y a la medida de la clase empresarial. Así que cuando le pregunten por la ley Kuri, no se confunda, no es la que pretende cuidar a nuestras infancias, es la que le arrebata su derecho al agua a las niñas, niños y adolescentes en el presente y en el futuro.
Tiempo al tiempo, aunque los azules se vayan de paseo dominical a la Alameda, la gente sabe que no son políticos de calle, sino de escritorio, sin cercanía y que gobiernan desde la indiferencia, soberbia y la indolencia. Hoy más que nunca, el PAN hace sus maletas para irse en el 27.