Esta semana, la doctora Claudia Sheinbaum anunció la tercera parte de su gabinete, y sin duda alguna el espacio estelar es el que ocupará Rosa Icela Rodríguez, quien será secretaria de Gobernación, interesante designación de la actual encargada de Seguridad y Protección Ciudadana. Sin duda alguna, la 4T ha ejercido con claridad la equidad de género en cuanto a las designaciones del gabinete, para muestra el periodo de AMLO, donde Olga Sánchez Cordero y Luisa María Alcalde fueron las encargadas de la dependencia de mayor relevancia en términos políticos; por su parte y justo tocando el tema de seguridad, el nombramiento de Omar García Harfuch no sorprende en los absoluto, era un movimiento prácticamente cantado, dada la cercanía que el extitular de Seguridad Ciudadana de CDMX ha tenido con la hoy virtual presidenta electa, vale la pena recordar que la rumorología apuntaba a que Harfuch era visto con buenos ojos para ser el sucesor de Sheinbaum en la capital del país; sin embargo, la trayectoria de Clara Brugada tuvo más peso al momento de la decisión definitiva, ante este hecho el hoy nombrado secretario de Seguridad y Protección Ciudadana tuvo que conformarse momentáneamente con una senaduría para posteriormente dar paso al gabinete.

Fiel a lo mencionado durante campaña, Sheinbaum mantendrá la misma línea que la actual administración en cuanto a programas sociales, por ello es de agrado saber que la hoy secretaria del Bienestar continúa en el cargo que ha venido desempeñando desde hace un par de años. Con ello, Ariadna Montiel tendrá un trabajo importante junto a las y los legisladores de la 4T para que diversos programas pasen a rango constitucional y así sean derechos irreversibles para las y los mexicanos, en buen momento se da esta ratificación; por último se encuentra el hoy presidente de Morena, Mario Delgado, quien se une al equipo presidencial mediante la Secretaría de Educación Pública, sin duda un espacio clave en el rompecabezas del Poder Ejecutivo. Esta designación ha generado sorpresa y descontento entre algunos simpatizantes del movimiento morenista, debido al pasado reciente de Delgado, donde abiertamente apoyó el Pacto por México y sus reformas, entre ellas la educativa, cuya finalidad era avanzar en el proceso de privatización de dicho sector. Las reacciones no se hicieron esperar y este nombramiento sería el único negrito en el arroz hasta el momento, un reto para el equipo cercano de la presidenta electa.

Faltan todavía nombramientos por conocer, esperemos que el buen cálculo de quien encabeza el gobierno entrante siga vigente y cuyas decisiones sigan centrándose mayoritariamente en una evaluación de capacidad y trayectoria, el segundo piso de la transformación requiere de personajes claves para que la continuidad esté garantizada. Una realidad radicalmente distinta es la que vive la oposición, ya que al no ser un rival digno para Morena, han decidido pelearse entre ellos en medios de comunicación que desde su origen han fungido como trinchera de aplausos a favor del PRIAN y de desinformación en cuanto al actual gobierno, esperemos ver qué sucede en la semana, por lo mientras el PAN está “jodido” en palabras de Javier Lozano; el PRI va por su dictadura perfecta en las manos de Alito Moreno y el PRD, sólo es un mal recuerdo. Tiempo al tiempo.

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