El crecimiento que ha tenido Morena como partido en los últimos años es un fenómeno digno de estudiar, en lo personal considero que dicho incremento en simpatías y en ocupación de espacios de representación popular se debe al carisma, trabajo, voluntad y esencia del líder político de la izquierda mexicana: Andrés Manuel López Obrador. Hasta hoy no conozco a ningún candidato o candidata que pueda decir abiertamente que su triunfo electoral se debe a un mérito propio y que este no incluya la ola de votos generada por Obrador y sus millones de seguidores, que dicho sea de paso, están divididos entre dos, por un lado los morenistas y por otro los obradoristas que confían plenamente en el proyecto del expresidente, pero que han decidido mantener una sana distancia con el partido movimiento.

Si uno se pone a revisar los perfiles que han llegado a “purificarse” a la filas guindas, este fenómeno está presente en todas las entidades federativas y la militancia parece ya haber perdido la capacidad de asombro, ya que hasta los que hace unos meses criticaban duramente a la Cuarta Transformación, hoy caminan campantes con su chaleco guinda y sonriendo mientras hacen la señal referente a la 4T, unos cínicos en toda la extensión de la palabra. Desafortunadamente estos perfiles son camaleónicos y hoy traen un chaleco guinda, mañana uno verde y pasado mañana uno rojo, depende la necesidad del momento y la coyuntura de candidaturas.

Querétaro no se ha librado de esto y los representantes populares han dejado mucho que desear salvo valiosas excepciones, basta revisar nombres y nos daremos cuenta de qué fichitas han aprovechado el momento y han encontrado en las siglas de Morena la oportunidad de brillar en la vida pública, ya que en sus partidos de origen eran absolutamente nada, pero supieron vender bien sus espejitos y ahora demandan espacios aunque nunca hayan realizado trabajo a favor del Proyecto Alternativo de Nación. En la actualidad es de llamar la atención el comportamiento de algunas personalidades, quienes sin conocimiento alguno de la historia del movimiento, hablan de él como si hubieran participado en un inicio, mientras a la par se dejan consentir y apapachar por el gobierno blanquiazul de la entidad, no cabe duda, “Dios los hace y ellos se juntan”.

Obviamente su justificación es que la cortesía política debe prevalecer entre poderes, aunque detrás de estas declaraciones exista un aspiracionismo vulgar y, mercenario. En otra trinchera vemos a representantes populares que han saltado de un color a otro queriendo impulsar iniciativas que claramente tienen un trasfondo distinto al de la voluntad popular, como el hecho de convertir en municipio a Santa Rosa Jáuregui y a Vizarrón, lo cual no suena mal si es la voluntad del pueblo, no la de un grupo de interés político y empresarial, curiosamente esta iniciativa lleva años por parte de Santa Rosa Jáuregui y siempre había sido ignorada y ahora sí suena en la mesa la posibilidad de llevar a cabo ese proceso; en el caso de Vizarrón parece ser una reacción de algunos grupos de poder al haber sido derrotados en las urnas por Morena.

Urge que Morena a nivel nacional ponga filtros sanos, hay gente como varios de Querétaro que nada aportan y que ganaron por lo que representa AMLO, Claudia y Morena, no por sus méritos propios, solo así evitaremos tragos amargos en el futuro.

Google News

TEMAS RELACIONADOS