Estimadas y estimados lectores, la actualidad que vivimos como país es digna de analizarse con detenimiento. La clase política nacional vive realidades radicalmente distintas, mientras Morena disfruta lo votado y se concentra en la aprobación de diferentes reformas como lo es la del Poder Judicial o la reforma a la Guardia Nacional, la oposición está enfrascada en sus propias batallas internas. Por su parte el PRI tiene que enfrentar nuevamente su proceso electoral después de que en tribunales se invalidara la elección de Alito Moreno, acto en el cual miles de mexicanos y mexicanas estamos profundamente en desacuerdo, ya que la permanencia del todavía dirigente tricolor daba garantías de que próximamente estaríamos viendo el final de uno de los partidos que mayor daño le han hecho a México, igualito que el PRD, quien en la semana recibió su último puño de tierra para sólo quedar como un recuerdo de un esfuerzo por la democratización de la vida pública, pero que por ambiciones de su dirigencia terminó de lacayo del PRIAN.
Ya que hablamos de los azules, ellos tampoco cantan mal las rancheras y su telenovela va desde la posible salida de Ricardo Anaya, la cual el exresidente de Atlanta ya dijo que no se dará, hasta la guerra de declaraciones donde dejan evidencia que están preocupados por mantener su pequeño coto de poder, más que trabajar en la creación de una propuesta seria que pudiera ser de interés para la ciudadanía en las próximas elecciones.
Ante este escenario los interesados en seguir golpeteando al compañero presidente Andrés Manuel López Obrador y a la doctora Claudia Sheinbaum, fueron al basurero del olvido y sacaron a Ernesto Zedillo para que se levantara como una voz crítica a los cambios que se están dando en nuestra vida política.
Revivir al expresidente que carga con la responsabilidad de la privatización de la industria ferrocarrilera, los asesinatos de Acteal, la reforma al sistema de pensiones que precarizó la vida de la clase trabajadora y una de las crisis financieras más graves de la historia de México fue una decisión poco acertada de aquellos que sueñan con regresar al poder. Por ello es importante tener presente que este “zombie” no opina por casualidad, su reaparición obedece a la evidente desesperación que sienten los adversarios políticos de Morena ante un escenario donde el partido guinda no sólo gobierna gran parte del país y tiene mayoría en ambas cámaras, sino que cuenta con un respaldo incondicional de sus votantes, los cuales demostraron en los comicios de junio que se encuentran en cualquier estrato social.
Así que antes de hacer el mínimo caso a las palabras del exmandatario, recordemos que bajo su mandato cerró casi un mes la Suprema Corte, jubiló obligatoriamente a 26 ministros para separarlos de sus cargos e impuso a 11 nuevos , reduciendo así el número de integrantes de esta institución, todo esto con el poder de la aplanadora que tenía en ambas cámaras, que curioso, en ese momento nadie habló de dictadura. Tiempo al tiempo, la oposición solita se hunde, no es necesario empujarla.