Todas las y los profesionistas del mundo, si no cumplen con objetivos y tiempos, tienen consecuencias, menos los políticos, esto fue parte del posicionamiento que realizó el senador Gilberto Herrera cuando hizo uso de la tribuna en la Cámara Alta , después de informar sobre su intención de poner en marcha el instrumento de participación ciudadana que permite efectuar la revocación de mandato, en este caso del gobernador Mauricio Kuri. Sin duda esta campaña, que desde hace unos días ha emprendido el doctor Gilberto, no representa sólo la voluntad de una persona, sino el sentir de buena parte de la ciudadanía, que no ha encontrado cumplimiento a los compromisos que durante campaña el hoy gobernador realizó, y por sí la demagogia no fuera suficiente para la indignación popular, la actual administración se ha caracterizado por su intolerancia a las protesta, demostrando que el sello de la gestión blanquiazul se apega al uso de la fuerza como forma de diálogo y una sordera absoluta como método de atención ciudadana.
Sin duda, represiones como la de Escolásticas son episodios difíciles de comprender para la actualidad que se vive a nivel federal, donde el disentir es un elemento que permite el intercambio de ideas y contribuye a una pluralidad necesaria en la construcción de un país donde quepan diferentes expresiones. Desafortunadamente para los queretanos el principal inquilino de la Casa de la Corregidora dice que esta iniciativa respaldada por parte importante de la población es sólo un intento de publicidad por parte del legislador, cuando lo menos que se esperaría del que se dice el gobernador “más popular del país” es que se sometiera a esta consulta, como hace unos años lo hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien sin ser requerido, dejó en la decisión del pueblo su continuidad a mitad de su gestión.
Bien decía mi abuela, “quien nada debe, nada teme”, y es evidente que el temor al malestar social ronda el despacho de Kuri, y no es para menos, el gasto excesivo en obra pública ha llevado a los automovilistas a crisis nerviosas derivadas del tráfico infernal que se vive en 5 de Febrero y vías alternas, cientos de negocios han quebrado gracias a que el municipio prácticamente está dividido a la mitad, sin dejar de lado que ninguna de estas obras va a garantizar una mejora notable en la movilidad. Hay que esperar si la cabeza de la administración estatal se anima a escuchar la voluntad popular, la cual podría decidir si concluye los seis años de su periodo o da un paso al lado para que otra persona corrija el rumbo de nuestra entidad. La lucha por la revocación de mandato es clave para que los queretanos empecemos a hacer uso de instrumentos que hagan valer nuestra voz, no puede quedar sin consecuencia estos dos años donde el tolete es la herramienta de comunicación del estado, la violencia es la respuesta a la manifestación popular y el atentado a derechos humanos como el del acceso al agua es pisoteado y ofertado al mejor postor.
Toca esperar y luchar por una revocación de mandato que le deje claro a la clase política queretana, que si falla, se va.