En la próxima elección local, la cual se realizará el primer domingo de junio de 2027, se cumplirán 30 años de la caída del PRI en Querétaro, con la llegada del PAN al gobierno estatal y municipal de la capital del estado.

Eso marcó la primera alternancia de gobierno, con la llegada al poder de un partido distinto al PRI, quien históricamente había gobernado la entidad.

La caída del PRI en 1997 dejó lejos del poder local a políticos experimentados de la talla de Marco Antonio León Hernández, Jesús Rodríguez y Fernando Ortiz Arana, quien en 1994 se le llegó a mencionar como un posible candidato a la Presidencia de la República, con el asesinato de Luis Donaldo Colosio

Francisco Garrido, recién avecindado en aquel entonces en Querétaro, le ganó al experimentado Marco Antonio León Hernández, quien había ocupado la dirigencia estatal del PRI por más de una década.

A casi 30 años de aquel episodio que escribió un suceso histórico en la vida político-electoral de Querétaro, también se marcó la llegada de una nueva clase política y la jubilación de otra que ya no pudo reponerse del duro golpe.

La gran mayoría de quienes pertenecían al PRI en aquel entonces ya desaparecieron.

Siguen vigentes el exgobernador Enrique Burgos —quien entregó el poder a Ignacio Loyola en 1997—, aunque se le ve lejos del PRI y lo mismo sucede con Marco Antonio León, quien después del perder la elección de la capital, se arropó en lo que se conocía como la “chiquillada” partidista para ocupar en dos ocasiones un escaño en el Congreso local y también dos veces el espacio de regidor en la capital.

Actualmente, León Hernández es regidor por el Partido Verde, espacio con el cual sigue activo en la vida política y tejiendo redes para seguir sobreviviendo.

León Hernández es de los pocos, muy pocos priistas que sobreviven del terremoto que les cayó en 1997

Para sobrevivir en la jungla política, León Hernández pactó con la élite panista. Lo hizo con su rival Francisco Garrido Patrón y también en su anterior paso por el cabildo capitalino con Francisco Domínguez Servién.

Al inicio del actual gobierno capitalino, se veía a un duro León queriendo devorar al joven alcalde Felipe Fernando Macías, pero las cosas se fueron aligerando.

Ahora, cuando están cerca las definiciones, Marco en una reciente entrevista que le dio a Luis Gabriel Osejo, con su viejo colmillo, le hace un guiño al alcalde capitalino, a quien calificó como “el caballo negro” de la pasada contienda interna en el PAN, pero además lo ve como un político con presencia y capacidad para ser un buen presidente municipal, pero le advierte que para lograr tal fin se debe sacudir la corrupción que le heredó su antecesor Luis Bernardo Nava.

Este guiño, es natural de cara al 2027, justo cuando se cumplan 30 años de la caída del PRI y la llegada del PAN al poder local, periodo en el que Felifer era un niño, lo que le permitió ser el primer niño gobernador de la historia de Querétaro, y ahora quiere brincar de la silla de Centro Cívico a la de la Casa de la Corregidora.

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