Esta semana el INEGI publicó la Encuesta Nacional de Victimización de Empresas 2023. El ejercicio estadístico mostró que las empresas en Querétaro están entre las que más delitos padecen en el país, sólo detrás de Sonora y Aguascalientes.

Durante el año 2023, el 34.6% de las 82 mil unidades económicas en Querétaro fue víctima de un delito.

Las empresas que han sido víctimas de un delito, lo han sido varias veces. Durante el año pasado hubo 95 mil delitos cometidos contra 28 mil unidades económicas. Hubo 3.4 delitos por unidad económica. Más de la mitad de esos delitos fueron extorsiones (51.7%). Los robos de bienes o dinero (13.9%) y el robo hormiga (12%) fueron los otros delitos más frecuentes.

Las unidades económicas dedicadas a los servicios fueron donde más ocurrieron los delitos (48.9), seguida de los comercios (43.6%) y de la industria (7.5).

En promedio, las unidades económicas perdieron 63 mil pesos por cada delito que sufrieron. Pero los costos no acaban ahí. Unas 43 mil unidades económicas han gastado cada una en promedio 64 mil pesos en medidas de protección.

Las unidades económicas que han sufrido un delito han cancelado planes de expansión (7.9%), dejaron de usar efectivo o lo redujeron al mínimo (16.6%), han reducido sus horarios de producción o comercialización (18.1%), han cancelado rutas de distribución o puntos de venta (2.9%) o los dueños han dejado de acudir a sus negocios (2.6%).

Estos delitos, en su gran mayoría no fueron ni denunciados, ni investigados y mucho menos castigados los responsables. Es un reino de impunidad.

De los 95 mil delitos reportados, 86 mil no fueron denunciados. En el 55% de los casos, la falta de denuncia se atribuyó a las propias autoridades en Querétaro.

El miedo de ser extorsionados, considerar a la denuncia como una pérdida de tiempo, trámites largos y difíciles, una actitud hostil y desconfianza hacia la autoridad fueron los motivos para esta descomunal cifra negra.

Las fiscalías Estatal y General de la República, policías ministerial, estatal y municipales y los jueces generan poca confianza, revela la ENVE.

La empatía con el ciudadano, el trato cálido, así como la efectividad en el trabajo y la comunicación de los resultados son vitales para enmendar esa taza rota.

Consultor, académico y periodista

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