En el sistema político mexicano el Poder Ejecutivo, ya sea federal o estatal, recae en una persona.
En algunos casos, algunas funciones de este Poder se han traspasado a organismos autónomos o bien los nombramientos pasan por una aprobación del Legislativo.
Las leyes orgánicas definen en las carteras o asuntos de las secretarías que despachan asuntos como Economía, Seguridad, Salud, Educación.
La definición de los titulares de esos organismos del ejecutivo recae, la mayor parte de las veces, en la decisión del Poder Ejecutivo.
Hay una larga discusión sobre quiénes deberían ocupar dichas oficinas, por cuyos escritorios se firman documentos que afectan la vida de millones de mexicanos.
Lo cierto es que nadie estudia para ser secretario de estado. Los puestos requieren aptitudes y habilidades que no se enseñan en las aulas.
Claro que es conveniente que el director de una empresa que produce petróleo, tenga nociones de dicha actividad, pero el director no es el que requiere los conocimientos técnicos para localizar los campos petroleros y explotarlos.
Así como en el caso de Pemex, una habilidad fundamental de cualquier cargo de ese nivel es la capacidad de organización, seguimiento de asuntos y liderazgo de equipos. Es decir, valen más las habilidades gerenciales de alto nivel.
La historia nos da muestra también de terribles decepciones, de personas expertas en un campo del conocimiento pero carentes de habilidades de diálogo y liderazgo, que han creando más problemas que los que deberían resolver.
El punto vale la pena tenerlo en mente ante los nombramientos que ha realizado la presidenta electa Claudia Sheinbaum, los ajustes que realizó en su gabinete estatal el gobernador Mauricio Kuri, así como los gabinetes por anunciarse en los municipios de la zona conurbada.
La conformación de equipos, la identificación de talentos, la maximización de los talentos y la minimización de las áreas de oportunidad, es una habilidad deseable en los titulares de los poderes ejecutivos que no está en ley.
Esa experiencia es una de las habilidades que como ciudadanos debemos observar al cruzar la boleta por un nombre y emblema, así como al evaluar el desempeño de los gobiernos en funciones.
Consultor, académico y periodista