En la discusión pública sobre la reforma al Poder Judicial hay ya “pros” y “contras” entre quienes se dedican a la comentocracia.

Muchas de las opiniones, realizadas a “botepronto”, se aventuran a señalar el “fracaso” de Bolivia en la elección popular de jueces y magistrados.

Sin embargo, en los programas de análisis poco se habla del mosaico que hay en la elección de jueces en los Estados Unidos.

Para no caer en la tentación de las analogías simplonas o catastrofistas, hay que echar mano de los métodos y técnicas de las ciencias sociales.

El método comparado es de amplia aplicación en estudios de sociología jurídica y ciencia política.

Ha servido a autores renombrados como Giovanni Sartori o Robert Dahl para identificar las características mínimas para calificar a un régimen como democrático.

En el proceso para validar, modificar o rechazar aspectos de la iniciativa de reforma al Poder Judicial, el método comparado ofrece una solución.

Se caracteriza por seleccionar pocos casos de estudio y escudriñar un número amplio de variables.

¿Qué candados hay para que se postular candidatos a los jueces? ¿cómo son las campañas? ¿cuánto duran las campañas? ¿quién financia las campañas? ¿qué participación ciudadana han tenido estos ejercicios? ¿cuánto tiempo duran en el cargo? ¿en que familia jurídica se encuentra el país? ¿qué características tiene la sociedad donde se lleva a cabo la elección?

Con el sistema judicial de Bolivia, que se ha señalado como un fracaso, hay que identificar las distintas variables en su diseño y encontrar las que son clave para asegurar que no ha funcionado.

Un ejercicio análogo habrá que hacer con la iniciativa de reforma y los dos grandes modelos de elección popular que se pueden considerar exitosos en el nivel estatal de EU.

Uno de los modelos es la elección partidista, donde Demócratas y Republicanos proponen y promueven abiertamente a los candidatos a jueces.

Otro de los modelos es la llamada elección “apartidista”, donde los candidatos al Poder Judicial, no tienen el apoyo explícito de los partidos tradicionales al presentarse a las elecciones.

Una vez listadas las variables, tanto de los casos de éxito como los casos de “fracaso”, habría que identificar qué variables son clave para tener este resultado diferenciado.

Asimismo, es imperativo contrastar si de dichas variables están presentes en el modelo propuesto para México.

¿El modelo de EU funciona porque su sistema jurídico es el llamado “Common Law? ¿El caso de Bolivia fracasó por estar inscrito en una tradición de Derecho Romano?

Hay que hacer la tarea para orientar adecuadamente las críticas y las propuestas en la opinión pública.

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