Querétaro vive momentos críticos tras varios eventos de alto impacto en materia de inseguridad. Cuatro masacres, en octubre y noviembre, suman una cantidad de homicidios dolosos que antes eran una cifra alta para un mes entero.
En el periodo enero-septiembre de este año iban acumuladas 148 víctimas de homicidios dolosos, de acuerdo con datos de la Fiscalía del Estado publicados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
En el mismo periodo pero del año 2023, la terrible cifra, se ubicó en 150 víctimas. Esta estadística colocaba a Querétaro como uno de los estados con menor incidencia de este delito. El peor mes de 2024 había sido enero, con 23 homicidios dolosos. Septiembre cerró con 15. Están por publicarse los datos más recientes, pero es de anticiparse un “pico” en octubre y noviembre.
Una actuación rápida, decidida y coordinada entre todas las autoridades podrá hacer que los días aciagos que hemos vivido se conviertan en una anomalía. Una actuación mezquina, desorganizada, sin inteligencia, puede crear un caldo de cultivo que convierta los hechos del restaurante Los Cantaritos en un punto de inflexión.
El cálculo político sobre la visión de Estado puede llevarnos hacia una escalada de violencia como la que ya sufren al menos siete entidades de la República, donde las disputas de grupos criminales han alterado la vida cotidiana.
Las señales, por lo pronto, parecen las adecuadas. Un grupo de alcaldes que han puesto atención en supervisar que los restaurantes, bares y centros nocturnos cumplan con lo que indica la norma. El gobierno del Estado y el Gobierno Federal han tenido comunicación en lugar de reyertas verbales, como ocurría hasta hace unos meses entre el gobierno de Guanajuato y López Obrador.
Los desplantes de AMLO y Diego Sinhué Rodríguez Vallejo, más allá de descortesías, evidenciaban la falta de coordinación para tomar acciones a favor de la paz en el vecino Guanajuato.
El Fiscal de Querétaro tampoco es Zamarripa, eternizado a pesar de malos resultados. Víctor Antonio de Jesús Hernández tiene la oportunidad de dar vuelta a la página al golpe de imagen que le dejó el manejo del caso de la niña de Huimilpan. La Fiscalía tiene enfrente horas preciosas para hablar con resultados
Afortunadamente ni Kuri es Diego Sinuhé, ni Sheinbaum es AMLO.
Consultor, académico y periodista