Hay rincones en nuestro planeta alejados de las manchas urbanas y habitados por diversas especies que luchan a cada momento por mantener su hábitat y sobrevivir contra las circunstancias de la realidad de su entorno, la cual los ha llevado a ser considerados una especie en peligro de extinción. Tal es el caso del mono aullador, conocido también popularmente como Saraguato, un personaje interesante que emite un sonoro ruido audible hasta dos kilómetros de distancia y que regularmente manifiesta la defensa de su grupo tratando de ahuyentar a quien representa una amenaza cuando invaden su territorio.

Esta imagen tomada en la selva tropical de Calakmul, en Campeche, y cerca de la antigua ciudad maya del mismo nombre, me hace pensar en que dicha civilización que colapsó y obligó a sus habitantes a huir de sus ciudades ante la imposibilidad de encontrar los medios para garantizar su supervivencia, en su apogeo consideraban al mono aullador como un personaje simbólico, serio y responsable por sus características. Hoy, a siglos de distancia, desde ese mismo lugar, quiero pensar que el peculiar sonido que emite, es también un grito de auxilio ante los riesgos que enfrentan en la actualidad ante el peligro de correr el mismo destino que una de las civilizaciones más importantes y trascendentes que ha tenido la humanidad al paso del tiempo.

En nuestras ciudades, también las condiciones se van modificando, y antes de escuchar expresiones de auxilio, siempre será necesaria y conveniente una visión de largo plazo para buscar mantener el balance que propicie buenas condiciones para seguir disfrutando de este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

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