Los seres humanos les hemos dado un sentido muy especial a las flores desde el inicio de las civilizaciones, ya sea por sus atributos y características que han alimentado, no solamente el estómago, sino también el corazón, la vista, las emociones y el espíritu.

Han estado cercanas a nosotros siempre, dependiendo de las condiciones que les permiten a unas u otras de las más de 250 mil especies que habitan los ecosistemas terrestres. Nos han cautivado sus formas, sus colores, sus aromas y ese permanente juego que han hecho con la estética para resaltar su belleza.

No es azar, como parte fundamental de las plantas, las flores desempeñan un papel crucial en la reproducción, como atractivo para los polinizadores y como purificadores del aire.

Al igual que las especies animales, han evolucionado maravillosamente para establecer vínculos con los insectos que garantizan transportar su mensaje genético para lograr la preservación de cada especie.

Para la gran mayoría de la gente, las flores tienen un significado especial y desempeñan un papel complementario en las comunidades humanas, pues son portadoras de mensajes y elementos de belleza que dan una imagen muy especial a los hogares, parques y jardines, así como han establecido un vínculo ancestral en su cultivo doméstico, más entre las mujeres y ellas que con los hombres, lo que no impide que ambos valoren su belleza, su evolución y el enorme ejemplo que nos dan de su fortaleza y lucha por la supervivencia, aunado a las emociones que provocan el obsequiarlas y recibirlas.

Entre todas las especies, resultan especialmente atractivas las orquídeas, ya que en su enorme diversidad, desde las más sencillas, hacen gala de los detalles que las presentan atractivas y a la vez complejas, como en esta imagen que muestra un acercamiento a la orquídea conocida como Phalaenopsis, una de las más comunes y, para quienes saben de ellas, más sencillas de cultivar. Para un servidor, es un ejemplo más que invita a pensar que en este caos que fue el origen del universo que conocemos, hay belleza, orden, propósito y sentido para reconocer que la vida no es resultado de una mera casualidad, sino una razón más para agradecer el compartir este planeta, donde se encuentra el Querétaro nuevo que deseamos conservar.

@GerardoProal

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