Hay lugares en nuestro planeta que fueron construidos y habitados por seres humanos en algún periodo y los cuales, por múltiples y diversas razones luego abandonados para quedar, muchos de ellos, como testimonios fehacientes de culturas y civilizaciones completas. Podríamos hablar de ciudades como Palenque en México, Petra en Jordania, Angkor en Camboya, Menfis en Egipto, etcétera. Estos son ejemplos de lugares rescatados y conservados para ser visitados y caminados nuevamente en la actualidad por personas. Hay otros donde la tragedia impide la presencia de visitantes, como es el caso de Chernóbil, en Ucrania, que en 1986 tuvo que ser evacuada después de aquel terrible accidente nuclear. Resulta interesante observar cómo, ante la ausencia de humanos, es la naturaleza con especies de flora y fauna, la que se encarga de “habitar” esos espacios, como esta ciudad que dejó de serlo, pero mantiene la gran mayoría de sus edificaciones. Las más antiguas, al igual que otros pequeños lugares, fueron cubiertas totalmente para perderse hasta que los humanos los descubran de nuevo, como ha ocurrido con tantos. Otros rincones más específicos que pueden ver la luz, son habitados por especies animales, como lo es el templo Galtaji en la ciudad de Jaipur en la India, cuyos residentes son monos.
Algunos pequeños lugares que albergaron gente entre sus muros, son espacios que inspiran cuentos y leyendas, historias y aventuras sobre quienes los habitaron. Ahí, hoy en el silencio del abandono, podemos imaginar y reconstruir instantes donde la vida cotidiana se llevaba a cabo con los sueños, penas, alegrías, momentos inolvidables y mucho más. Supongo que en nuestro país, en nuestro estado y en nuestra ciudad, hay aún lugares que dejaron de serlo durante y después de la Revolución Mexicana en principios del siglo pasado, especialmente en comunidades relativamente alejadas del bullicio de las ciudades, como esta imagen de ruinas de una vieja hacienda que hoy es habitada por cactus, nopales, pirules y maleza qué, cuando hace viento seguramente charlan y despiertan aquellas historias y espíritus que sonríen ante el recuerdo de momentos vividos antaño, en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.
@GerardoProal