Hay tiempos que el ser humano debe enfrentar literalmente solo, analizarlos sin juicios, sin colores y solo con las propias herramientas que ha desarrollado y el aprendizaje obtenido a lo largo de los años para establecer la dimensión de su realidad. Cada quien tenemos situaciones y circunstancias personales que vivimos y afrontamos de manera muy particular. Son ciclos de vida que abrimos con ilusión, pero en ocasiones cerramos abruptamente. Dice Emiliano Mares, un buen amigo, profundo estudioso y conocedor de la naturaleza humana, que cuando no cerramos correctamente algún ciclo, nuestra mente se encargará de ello, lo hará desde el inconsciente y muy a su manera, ya que la mente no quiere lidiar con incertidumbres. Por ello es que debemos resolver esos desafíos para que los ciclos los cerremos metafóricamente en el punto en el que los iniciamos y conscientes de ello, para concluirlos de la manera más adecuada para cada cual.
Me imagino esos momentos de pensamiento claro y lúcido, como salir a pescar en una sencilla barca, con la certeza de aferrarnos a lo que más nos inspira para mantenernos a flote y tirar anzuelos al océano de la vida y pescar sentido y razón que nos alimente los argumentos. Tal vez el horizonte sea tan incierto como ausente de cualquier cosa que lo defina, pero el mar es tan cierto como profunda es nuestra mente. Ahí estamos, solos, en blanco y negro preparando nuestros aparejos de pesca para aventurarnos en el mar de la vida, tal y como lo representa esta fotografía de un momento en la vida del hombre que, sentado en su barca, está preparando un anzuelo más que lanzar al océano en la búsqueda de respuestas, ideas y soluciones.
No obstante que la vida se viste de luz y color todos los días, la objetividad nos invita a desprendernos de todo aquello que nos ata a la parcialidad y nos impide navegar en búsqueda de la buena pesca. Una vez que logramos concluir la tarea en los tiempos duros, será sano salir a pescar en la suave y maravillosa luz del amanecer, esa con la que se iluminan y colorean las promesas de un tiempo mejor, como lo deseamos todos, también en lugares como este Querétaro nuevo que deseamos conservar.