Vivir en democracia conlleva, por definición, el derecho a elegir por mayoría de votos, libres y secretos, a nuestros gobernantes. Es decir, cada ciudadano tiene el derecho de conocer las distintas opciones políticas —incluyendo las candidaturas independientes—, valorarlas y de votar libremente y en secreto por la que crea que le es más conveniente.
En México lamentablemente no es así, ya que si no estás contento ni satisfecho con el gobierno de la Cuarta Transformación, ni sus resultados son los que esperabas, pareciera que realmente no tienes opciones de dónde elegir. Sin dejar de reconocer que hubo millones de electores que votaron en 2024 por las candidaturas de oposición “porque no les quedó de otra” podemos señalar que, interpretándolo de una manera un tanto reduccionista, que la falta de credibilidad y confianza en los partidos de oposición llevó a que cerca del 40% del electorado —casi la mitad— optara por no votar en las pasadas elecciones. Es decir, ni el régimen los convenció de votar por ellos ni vieron en la actual oposición una opción de gobierno.
Estos hechos, la “votación porque no hubo de otra” y el abstencionismo, me parece, nos indican que los electores que no piensan que la 4T esté gobernando de manera acertada y conveniente, simplemente no encuentran por quien votar, por quien los represente. De ahí que me parezca que la ciudadanía inconforme y que quiere un México mejor que el que ofrece la 4T requiera de construir nuevas opciones, requiera de nuevos partidos políticos (recordemos que la historia de la humanidad reciente nos señala que el mejor sistema de gobierno —o si se prefiere: el “menos malo”— es el democrático y también que dicho sistema funciona mejor por medio de partidos políticos).
Si lo anterior te parece correcto y coincides en que merecemos un México mejor, te invito estimado lector a que apoyes la construcción de más y mejores opciones, es decir a que te sumes a la construcción de un partido político nuevo con el que coincidas razonablemente, a que te sumes aun y cuando la opción por la que te decidas no sea de tu total y absoluto agrado. Recuerda que las opciones estarán en proceso de conformación y por lo tanto de definición y recuerda que si más adelante ya no te convence esa opción, siempre tendrás la oportunidad de cambiar e inclusive de no votar por ella.
Pero lo más importante: No olvides que todos los ciudadanos tenemos el derecho, y la obligación que dicho derecho conlleva, a tener opciones reales de por quien votar, el derecho a sentirnos bien representados. Es por ello que te invito a que te sumes a construirlas. Recuerda: Siempre será mejor tener opciones que no tenerlas y tener que votar por quien no nos convenza o el tener que aguantar un gobierno que no queramos.
Exsenador de la República.
@gtamborrelmx