Cuando los problemas crecen todos los días y el daño se acumula y se acrecienta y no se percibe que vayan a ser resueltos en el corto plazo, en un principio provocan una irritación también creciente, que al paso del tiempo se transforma en un enojo profundo. Primero en contra de quien genera el problema, después en contra de quien debiera resolver el problema y después en contra de cualquiera (caemos en el “ya no me importa quién me la hizo sino quién me la paga”).
Enojo que al ser creciente y al percibir que el problema sigue y seguirá sin resolverse acaba generando una desesperación tal que lleva a la persona a construir para sí mismo la esperanza de que el problema se resolverá. Primero “soñando” con que algún tercero ꟷno uno mismo ni el responsable de resolver el problemaꟷ si resuelva el problema o bien el que acabe con el incompetente incapaz para que llegue otra persona que lo resuelva. Después el enojado externaliza su sentimiento, su sueño.
Ahora bien, desgraciadamente hoy en México y por más que el gobierno se esmera en mentirnos y engañarnos, observamos cómo el crimen organizado crece en todos los sentidos, cómo se fortalece y controla todos los días más y más territorio, cómo mata a más y más inocentes. Y también vemos cómo las autoridades responsables de darnos paz y seguridad o no pueden resolver el problema de la inseguridad o no quieren ꟷpor complicidadꟷ o sus comandantes supremos simplemente no los dejan. El caso es que el problema de la inseguridad es creciente y no se percibe que dicho problema vaya a ser resuelto.
Lo anterior ya llevó a que millones de mexicanos alcancen el máximo nivel de enojo y que ya sueñen con que un tercero venga a ponerle un alto al crimen organizado. Y esa es la razón por la cual no pocas personas generaron la esperanza de que el presidente electo Donald Trump sí declare a los capos del crimen organizado y a los gobernantes que los protegen como terroristas y que por lo tanto los puedan enfrentar donde quiera que se encuentren. No es que quieran que EU nos invadan, no, solo, insisto, están desesperados y sueñan con vivir en paz y con seguridad.
Finalmente invito a los mexicanos a no caer en la demagogia gubernamental y sí a exigir resultados contundentes en materia de seguridad, en materia de respeto a nuestros derechos humanos. Empecemos denunciando públicamente y con quienes nos rodean todas las violaciones a nuestros derechos.
Fuente de los Deseos: Ojalá la presidenta Sheinbaum y sus voceros escuchen e interpreten correctamente el sueño y el reclamo ciudadano de que no queremos ser invadidos por EU ni tampoco por los cárteles del narcotráfico. Ojalá entiendan que solo queremos vivir en un país sin ser asesinados, extorsionados, asaltados y desde luego a no ser ni desaparecidos ni privados de la libertad.
Exsenador