A 100 días de gobierno y por más que la presidenta Sheinbaum y sus voceros quieran disfrazar las condiciones por las que atraviesa el país, por más moños y tiras de colores que le pongan, la realidad los desmiente. Sí, por más que proclamen a los cuatro vientos, por más que manipulen y nos engañen con estadísticas, una y otra vez, que el país va bien, que el país se sigue transformando en beneficio del pueblo y que son un movimiento humanista, la realidad los desmiente. Una realidad que conlleva: un sistema de salud colapsado, un sistema educativo mediocre, altos niveles de inseguridad, falta de certeza jurídica, sistema carretero en malas condiciones, esquema democrático prácticamente destruido, debilitamiento y sometimiento del Poder Judicial, deterioro ambiental sin freno, etc., etc. Una realidad que tarde o temprano hará que el pueblo bueno se canse, despierte y reclame.

Es cierto que hoy una mayoría contundente (75-80%) aprueba la gestión de la Dra. Sheinbaum y me parece que ello se debe primero al dinero entregado mediante los programas sociales (con lo que estoy de acuerdo) y a un discurso patriotero y populista, principalmente cuando se refiere a los señalamientos también populistas del presidente electo Donald Trump. No olvidemos que una agresión externa siempre reúne al pueblo “agredido” en torno a su líder y esto lo ha sabido utilizar muy bien la Presidenta Sheinbaum.

Segundo y más importante a que la difícil realidad que vive la enorme mayoría del pueblo de México de alguna forma ya está normalizada, es decir ya es aceptada, hecho que finalmente lleva a las personas a “acomodarse” lo mejor posible ante dicha realidad y no a exigir mejores condiciones de vida.

Considero importante recordar que cuando un gobernante promete una mejora esta se convierte en una esperanza que a su vez enciende una vela de confianza y credibilidad en el gobernante. Todo ello sin importar si esa promesa en concreto se cumple o no, basta con cumplir y publicitar al menos una o dos de las promesas de campaña —ejemplo: programas sociales— para que el electorado crea que todas las promesas serán cumplidas. Cumplimiento que cuando sí se da se atribuye al “sentimiento noble y generoso del gobernante” y no a su responsabilidad y obligación.

Por lo anterior nos corresponde a quienes “ya despertamos” a quienes no estamos conformes con la realidad nacional y no solo con la nuestra en particular, el ayudar a que otros más despierten. Para ello es importante informarse sobre lo que está ocurriendo en el país, analizarlo y lo que es fundamental: compartir las conclusiones alcanzadas con cuenta persona nos rodea. No olvidemos que es muy difícil que una persona bien informada sea engañada por las mentiras de los gobernantes, no olvidemos que por más que la mona se vista de seda, mona se queda.

Post Data: La presencia del embajador mexicano en la toma de protesta del dictador Maduro me pareció repudiable y vergonzosa. Apoyar a un criminal confeso es inadmisible.

Exsenador

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