Ante la vergonzosa e indignante sumisión del Poder Legislativo al expresidente López Obrador y en cierta medida a la Presidenta Sheinbaum, el absurdo desmantelamiento del Poder Judicial, la cooptación de las Fuerzas Armadas y de los Organismos Constitucionales Autónomos que no fueron irracionalmente desaparecidos como sí ocurrió con el INAI, un sistema de partidos de oposición inservible, tenemos que el sistema de pesos y contrapesos está roto y el equilibrio de poderes simplemente ya no existe.
Es importante tener presente que las naciones que perdieron el equilibrio de poderes se convirtieron en gobiernos autoritarios que finalmente se transformaron en dictaduras en las que los derechos humanos de sus habitantes se pisotean de manera sistemática.
También tengamos presente que ya no podemos seguir soñando con que los gobernantes cumplirán con su misión y responsabilidad, o bien soñar con que llegue un líder extraordinario que nos encabece y nos salve. Sueños que me parece solo serán eso, sueños…
Por lo anterior y para evitar que México caiga en una dictadura y evitar que nuestras libertades y derechos se vean disminuidos es que tenemos que reconocer y aceptar que nuestra salvación está en manos de la sociedad civil organizada —además no hay otra—. Es decir, construir un país en el que se respeten nuestras libertades y derechos está en nuestras manos y solo en nuestras manos.
Para alcanzar el México que deseamos considero necesario que partamos de reflexionar sobre qué hacemos por los demás y qué hacemos por nosotros con una visión inteligente en la que tengamos muy presente que nuestro presente y futuro —y de nuestras familias— está ligado al presente y futuro de todos aquellos que comparten nuestra realidad (no perdamos de vista que finalmente todos navegamos en el mismo barco, quizá diferente cubierta, pero siempre en el mismo barco). Reflexionemos también con honestidad sobre si verdaderamente estamos haciendo todo lo que podemos hacer, o si no lo hacemos y solo estamos poniendo pretextos o justificaciones huecas para no hacerlo.
Finalmente, y seguro de que necesitamos una sociedad civil organizada (OSC) más fuerte, es que te invito a que te sumes con alegría a una, dos o más organizaciones de la sociedad civil que ya hoy luchan por brindarnos un mejor país; las hay de corte empresarial, por ejemplo Coparmex, profesional (Barra Mexicana de Abogados), de asistencia a grupos vulnerables (UNICEF), de protección al medio ambiente (Green Peace), de salud (Médicos sin Frontera), y muchas más.
Recuerda: solo desde la sociedad civil organizada lograremos evitar caer en una dictadura, solo así, lograremos salvar a México.
Post Data: En la página web del Centro Mexicano para la Filantropía (cemefi.org) seguramente podrás encontrar una OSC cuya causa sea de tu agrado y a la que te puedas sumar.
Exsenador