Durante estos últimos días hemos podido observar en las redes sociales del Presidente López Obrador, del Gobierno de México, de Morena y de todos sus voceros pagados, una campaña que debiendo ser una campaña de rendición de cuentas solo es una campaña de promoción de lo que todos ellos promueven lo que consideran son los grandes logros de esta administración. Logros que inclusive comparan mañosa y hábilmente con lo logrado en administraciones anteriores pretendiendo hacernos creer que vamos “re-que-te-bien” (usando estadísticas es fácil mentir). En suma: Una campaña de cuentas alegres.

La campaña cuyo objetivo pareciera ser posicionar al Presidente López Obrador como el mejor presidente de la historia del México reciente solo contempla lo logrado sin mencionar el enorme y desmedido costo que dichos logros implicaron en términos económicos, sociales y hasta de vidas. Ello sin mencionar que dichos logros pudieron ser mayores así como tampoco las oportunidades perdidas y sus consecuencias. Por ejemplo: Se contempla el AIFA pero no su costo y que debiera incluir la cancelación del AICM —aeropuerto de Texcoco— o se presume el rescate de la CFE pero no el costo en salud de millones de mexicanos al impedir el suministro de energía limpia a la misma CFE por parte de privados.

Una campaña que juega con las estadísticas de tal forma que pareciera que los resultados son extraordinarios y que pintan una realidad maravillosa que desde luego no existe. Mañosamente no toca los renglones en los que la administración no presenta resultados ni siquiera mediocres, no toca por ejemplo: el número de asesinatos —cifra record, más de 192,000 homicidios dolosos— o no menciona que cerca de 40 % del país está bajo control del crimen organizado mediante la extorsión ni tampoco los cientos de miles de muertes que se pudieron evitar durante la pandemia o que millones de menores de edad no fueron correctamente vacunados o que perdimos años de esperanza de vida o que la pobreza extrema creció a lo largo y ancho del país. Tampoco contempla aspectos como la pérdida en la calidad educativa y muchos otros aspectos que hoy ya tienen consecuencias y que al paso del tiempo estos crecerán y crecerán.

Por lo anterior es importante analizar con objetividad los resultados de la administración que está por concluir, reconocer los logros positivos que sí se alcanzaron que aunque son pocos sí son importantes y distinguir los logros simulados y las mentiras para entonces si exigir más y mejores acciones de gobierno.

Finalmente, tengamos presente que si los ciudadanos permanecemos alejados de la vida pública, si no estamos al pendiente de lo que ocurre en el país, de cómo se manejan nuestros recursos, de cómo funcionan nuestras instituciones entonces seguiremos siendo engañados y lo peor: teniendo los resultados mediocres y hasta retrocesos que hemos venido alcanzando sobre todo en estos últimos seis años.

Fuente de los Deseos: Ojalá nos demos cuenta de que la apatía ciudadana es la que permite que germinen los malos gobiernos.

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