En los últimos días hemos venido leyendo y escuchando a la Presidenta Sheinbaum y a miembros de su gabinete expresar los posicionamientos del gobierno mexicano ante los señalamientos del Presidente Trump. También cuáles serán las acciones y los programas que nuestro país emprenderá para recibir a los supuestamente millones de personas migrantes que serán expulsados de EU.
Lo que no he escuchado ni leído es qué hará el gobierno mexicano para atender debidamente a las personas migrantes, principalmente centroamericanas, que ingresan al país por la frontera sur con el sueño de llegar a EU.
Es de señalarse que al día de hoy pareciera que no existe un plan ni una estrategia para que el tránsito de aquellas personas que entran a México sea seguro y digno. Si existiese dicha estrategia es pésima o está tremendamente mal implementada, ya que en la realidad prácticamente todos los migrantes son víctimas de múltiples agresiones y hasta vejaciones como violaciones —de hecho muchas mujeres toman anticonceptivos para no quedar embarazadas durante la travesía ya que prácticamente dan por hecho que serán violadas por criminales o por autoridades—, secuestros, extorsiones, trata de personas en sus dos vertientes; explotación sexual y explotación laboral, y muchos delitos más por parte de criminales pertenecientes a bandas del crimen organizado, que pareciera tienen el control de nuestra frontera sur.
También, y de manera por demás repudiable, las personas migrantes son agredidas por criminales “oficiales”, es decir por parte de miembros de los distintos cuerpos de seguridad con los que la persona migrante tiene la desgracia de toparse. Si dichas agresiones son inaceptables lo más grave es que no pasa nada, los agentes “oficiales” no son detenidos y sancionados, ni siquiera son despedidos.
Dando por cierto la aseveración de la Presidenta Sheinbaum —refiriéndose a las personas migrantes mexicanas en EU— de que: “las y los mexicanos —y yo añadiría a las demás nacionalidades latinas— allá sostienen la economía de Estados Unidos en el campo, en los servicios, en todos lados”, me pregunto: ¿Por qué no aprovechar las capacidades de las personas migrantes centroamericanas para sostener la economía mexicana?
Para ello se requiere de un plan integral que si respete los derechos humanos de las personas migrantes, que les permita transitar de forma segura y digna hasta lo frontera norte —donde habrán de gestionar su ingreso a EU—, o bien y si se quedaran en México que su estancia sea segura, digna y productiva.
Como un primer paso, y para empezar a garantizar el respeto de los derechos humanos de las personas migrantes, propongo que se sancione severamente a todos aquellos servidores públicos que los agredan como también que se sancione a quien debe supervisar que dichos servidores públicos cumplan con sus responsabilidades, si es que estos últimos no cumplieran.
¡Ya basta! Las graves agresiones a las personas migrantes centroamericanas y de otros países, no pueden quedar impunes.
Exsenador de la República.
@gtamborrelmx