Insatisfecho por no haber desaparecido al Instituto Nacional Electoral (INE) y conseguido el control gubernamental de las elecciones, el Presidente pretende crear un nuevo documento de identidad, la Cédula Única de Identidad Digital (CUID), que no es otra cosa que la Clave Única de Registro de Población (CURP) con fotografía, para quitar a la credencial de elector como documento de identidad ciudadana, y ahogar al órgano electoral restándole funciones y presupuesto.
La iniciativa, aprobada esta semana en comisiones del Senado de la República, retoma la propuesta de 1990, cuando la ley incluyó crear la Cédula de Identidad Ciudadana, pero Salinas de Gortari señaló que carecía de recursos para emitirla. El 28 de octubre de 2004, Francisco Gil Díaz, entonces secretario de Hacienda, anunció el programa Ejecución del Proyecto de Credencialización, pero nunca se concretó. En 2006, Hacienda asignó un contrato por más de 2 millones de pesos para crear la credencial de identidad nacional -a la que llamó Formas Numeradas Multiaplicativas (Fornum)-, pero se canceló por irregularidades en la licitación. El proyecto Fornum contemplaba crear una base de datos con la información biométrica de 26 millones de mexicanos, a quienes se dotaría de una credencial con chip capaz de almacenar dirección, CURP, nombre, nacionalidad, edad y fotografía, se lee en la iniciativa de 2009 del Partido Verde. También se intentó y fracasó con Peña Nieto.
La iniciativa de ley de Morena, es parte de la nueva ley de población que entrará la siguiente semana al pleno del Senado y después a la Cámara de Diputados para su aprobación —por el mayoriteo de Morena y sus satélites—, con lo que el gobierno dará un paso más en su propósito de controlar las elecciones.
La CUID es innecesaria ya que el gobierno tiene tanto las bases de datos del INE, Seguro Popular, RFC, IMSS, ISSSTE, Registro Civil, licencia de conducir, programas sociales, pasaporte, la Firma Electrónica Avanzada (a través de la cual el SAT cuenta con datos biométricos: fotografía, firma, huellas digitales e iris de los ciudadanos en etapa laboral), y la CURP, la cual, por su transversalidad, vincula a todos los trámites del gobierno a una misma base de datos.
El intento de los gobiernos por crear una Cédula Nacional de Identidad siempre fue rechazado por la población por no considerar fiable al gobierno; por el uso partidista y político que pudiera dar a la información; por su posible uso como herramienta de control personal y social, como se ha visto en este gobierno, en el que se usa a las instituciones del Estado para propósitos personales y partidistas al prescindir de la autorización de un juez para investigar y perseguir a los opositores, a quienes no piensan como AMLO, y no a los criminales.
Establecer este documento como sustituto de la credencial del INE (Guadalupe Taddei apoya la iniciativa morenista) con el pretexto de que se duplicaría el gasto, posibilitaría repetir los fraudes electorales que a lo largo del periodo priísta vivimos los mexicanos; acabar con la alternancia; conculcar los derechos y libertades ciudadanas; y, a la institucionalización de la autocracia morenista.
Como en ocasiones anteriores, los mexicanos habremos de estar listos para evitar este nuevo intento de control social y político; y para, desde la calle, garantizar la autonomía de las instituciones. ¡No al autoritarismo lopezobradorista!