La suma de muertes que ha dejado el Covid-19 en México ha sido mayor que la de todos los desastres naturales ocurridos en el país en el último siglo: se han perdido ya más de 500 mil vidas.
La epidemia ha ocupado dos terceras partes de lo que va del sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, como lo comenté en la entrega de ayer, esta tragedia pavorosa mereció solo tres páginas, tocadas por el autoelogio, del nuevo libro del presidente: “A la mitad del camino”.
López Obrador ha promovido este volumen con recursos públicos, no solo en las “mañaneras” y en el reciente Informe de gobierno: según confirmaron el portal “Animal Político” y la periodista Azucena Uresti, también se obligó a empleados de diversas dependencias federales a adquirirlo.
Los trabajadores fueron “invitados” a cooperar con el costo de al menos un ejemplar (entre 240 y 260 pesos), aunque a algunos se les exigió aportar el precio de cinco. Esta “cooperación” se realizó, como en los viejos tiempos en los que AMLO se hallaba al frente del gobierno capitalino, en riguroso efectivo.
Así ocurrió en al menos dos secretarías: del Trabajo y Previsión Social (cuya titular es Luisa María Alcalde) y Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (a cargo de Román Meyer).
Por lo demás, las tres escuetas páginas del libro están plagadas de mentiras y de afirmaciones falsas. “Resistimos la Covid-19 y nos recuperamos”, escribió, por ejemplo, el presidente.
Desde el inicio de la tercera ola, a finales de mayo de 2021, han muerto en México más de 38 mil personas: ayer rompimos un nuevo record de fallecimientos: se reportaron mil 177 defunciones en las últimas 24 horas. Solo en agosto se registraron más casos de Covid-19 que desde que comenzó la pesadilla de la pandemia.
Referirse a todo esto en tiempo pasado y dando por hecho que ya nos recuperamos solo muestra el nivel de demagogia y desconexión con la realidad que existe en el discurso presidencial.
Escribió también el presidente:
“Hemos hecho todo lo humanamente posible para enfrentar la pandemia y salvar vidas. Es público y notorio que informamos y respondimos a tiempo, y que levantamos con oportunidad el sistema de salud pública, que estaba en ruinas […] Se logró que ningún enfermo se quedara sin una cama, equipo de respiración o personal de salud que lo atendiera […] me limito a decir que nuestro país no está colocado, ni en América ni en el resto del mundo, en los primeros lugares en mortalidad por Covid-19”.
Le pregunté a la doctora Laurie Ann Ximénez-Fyvie, autora de un libro al que nadie pudo acusar de contener datos falsos (“Un daño irreparable”, editado por Planeta), si efectivamente el gobierno de AMLO había hecho “todo lo humanamente posible”, si “se logró que ningún enfermo se quedara sin una cama…”, si México no está colocado en los primeros lugares del mundo en muertes por Covid.
“Es el colmo –contestó–. México ocupa el cuarto lugar de 221 países en defunciones Covid-19. En ese rubro es el tercer lugar de América. Ocupa el sitio número 20 (de 221) en muertes por millón de habitantes; en eso está en el sexto lugar de América. Tiene el cuarto lugar mundial en exceso de mortalidad y el cuarto también en América.
“Se ubica en el primer o segundo lugar del mundo, según la fuente que se consulte, en personal de salud fallecido y el tercero en el índice de orfandad. Eso se llama estar en los primeros lugares en mortalidad en el mundo y en América. No hay subjetividad en las cifras”.
Según Ximénez-Fyvie, tampoco se hizo “todo lo humanamente posible” como afirma el presidente. “Se realizaron poquísimas pruebas, se desdeñó la idea de diseñar una estrategia de rastreo de contagios, no existió un plan para aislar a los contagiados, tampoco una estrategia de contención epidemiológica. No hubo filtros en las fronteras y la estrategia de comunicación fue absolutamente desastrosa, con instrucciones como ‘quédate en casa y no vayas al hospital hasta que te falte la respiración’. No, definitivamente no hicieron ‘todo lo humanamente posible’. El presidente nunca ha sido capaz de ponerse uncubrebocas y desde el foro que encabeza jamás se ha dado a la población instrucciones precisas de las medidas preventivas correctas”.
Por último, es falso también aquello de que “ningún enfermo se quedara sin una cama, equipo de respiración o personal de salud que lo atendiera”. Como dice el clásico: falso como un billete de dos mil pesos. Además de que “los excesos de mortalidad coincidieron con los periodos de mayor ocupación hospitalaria –afirma Ximénez Fyvie–, el Inegi publicó en julio pasado un documento que señala que el año pasado 506 mil 723 de las muertes registradas en el año, sucedieron en el hogar”.
Las tres páginas de AMLO, concluye la doctora, y yo estoy de acuerdo, no hacen sino minimizar el dolor, la pérdida de vidas, el sufrimiento de cientos de miles de familias.
@hdemauleon
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