Dos temas fundamentales dominan la agenda mediática de los políticos, así como de las y los mexicanos por la trascendencia e impacto que tendrían en el futuro inmediato en la vida de todos. Uno de ellos, la sobrerrepresentación de legisladores en ambas Cámaras, lo que le permitiría a Morena y aliados desquiciar el sistema jurídico mexicano, deformando la Constitución a placer, destrozando el equilibrio que exige la Carta Magna, precisamente para que ninguna fuerza política pueda realizar, por si sola, los cambios constitucionales sin considerar la pluralidad política representada en el seno de dichas Cámaras legislativas, en las que, deben ser partícipes en las tomas de decisiones las minorías y no ser literalmente aplastadas por una sola fuerza política, como lo pretende el oficialismo. No habría dialogo ni consensos, solo imposiciones. El espíritu de la no sobre ni subrepresentación se fundamenta en ello, principio constitucional que pretende desaparecer quien hoy gobierna y que tanto combatió cuando fue oposición.

Bajo esta premisa, con una representación popular no obtenida en las urnas, el oficialismo pretende alterar la Constitución para debilitar el sistema de impartición de justicia federal y local. Por medio del método de elecciones abiertas designar a los responsables de la aplicación de la justicia. Una función de Estado altamente especializada en manos de inexpertos, de aprendices y sujetos al vaivén de los políticos, pues ellos son los que harían las propuestas de las candidaturas; además de la posible participación de la delincuencia organizada para imponer a sus jueces.

Las modificaciones proponen eliminar la carrera judicial, los estudios, los exámenes de conocimientos, la experiencia; de un plumazo los miles de empleados a la calle esperando el arribo de quienes en su vida pudieran haber pisado un juzgado, que no entiendan nada de las distintas ramas del Derecho, simplemente porque ostentan el título de Licenciado en Derecho, ellos serían los responsables de decidir el Derecho. Aberración criticada no solo en el interior del país, desde el extranjero expertos alertan y se preocupan; observan el peligro que se cierne sobre México con la posible reforma a la Constitución. Sin seguridad pública y sin seguridad jurídica en perjuicio de los gobernados: el terror. Además, se acompasa con la abrogación de instituciones de transparencia y rendición de cuentas. Rumbo al precipicio del autoritarismo de no contener o modificar de fondo la injusta y arbitraria reforma.

Analista legislativo. @HectorParraRgz

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