Los ministros están al servicio de las minorías no al servicio del pueblo; la misma retórica del presidente López Obrador.
Confunde la impartición de justicia, con la gobernanza, diferentes funciones que la misma Constitución diferencia con meridiana claridad. La justicia no puede estar en favor de las mayorías o de las minorías. El Poder Judicial tiene un símbolo que lo distingue al momento de impartir justicia: la “dama de la justicia”, cuyos ojos están vendados, sosteniendo una balanza en equilibrio y una espada.
La impartición de justicia que, en la práctica, no quiere entender el presidente López Obrador. Él determina que la justicia debe inclinarse en favor del “pueblo”; pero, no logra precisar en qué consiste esa tesis, ¿cómo debe aplicarse? Mas parece indefectiblemente una propuesta populista sin sustento alguno; no funda ni motiva su razonamiento. Desconoce los principios que rigen en materia de impartición de justicia. “Dame las pruebas y te daré el derecho”, reza una de tantas sentencias.
¿Cómo entender y justificar los vituperios y descalificaciones que lanza el presidente de la República en contra de los ministros cuando ejercen su función? Su argumento: porque no le dan la razón y no son obsequiosos con lo que pretende. Simple y llana la retórica del presidente que carece de sustento sociológico y jurídico.
AMLO volvió a lanzarse en contra de los ministros, principalmente en contra de aquel que presentó el proyecto de ejecutoria que declara la inconstitucionalidad del Decreto que reformó infinidad de artículos en materia electoral y creó una nueva de caracter contenciosa. El fondo del Decreto fue aberrantemente violatorio de la Constitución, del procedimiento legal y jurídico para crear leyes. El deber de los ministros consiste en resarcir las violaciones por medio de la declaratoria de inconstitucionalidad. Función del Estado que permite mantener el equilibrio de Poderes, contener los busos del Poder Ejecutivo y del Legislativo, quienes tienen la obligación de ceñirse a las leyes y la Constitución.
Descomposición del Estado de Derecho que tergiversa el presidente para confundirla con el supuesto “apoyo al pueblo”.
Y, si los ministros no respaldan los atropellos de los otros 2 Poderes Públicos, son merecedores de calumnias y difamaciones presidenciales que han permitido a un puñado de fanáticos del “pueblo”, seguir la misma ruta de la agresión; lanzarse en contra de los ministros y tildarlos de corruptos, obedeciendo a las arengas del Poder Ejecutivo.
Analista legislativo. @HectorParraRgz