¿Qué sigue después del caos político, jurídico y legislativo generado por el presidente de la República y los legisladores federales? Sin respeto alguno a la Constitución, a las normas que rigen el proceso legislativo y violando resoluciones de jueces de distrito, consumaron reformas que adolecen de serios vicios de inconstitucionalidad. Las legislaturas de los estados terminaron por sumarse al desorden aprobando las “reformas” en uno cuantos minutos, sin reparar en la violencia jurídica que envuelve el proceso que consumarán con la promulgación y publicación de los vicios para ponerlos en práctica de manera inmediata, previo a que concluya el gobierno de López Obrador. El regalo al Presidente, dijeron orgullosos los violadores de la Constitución.

El asunto no ha concluido. Por supuesto que no. Seguramente habrá más impugnaciones para echar abajo el proceso legislativo dado que fue violentado. Desde el cambio de sede acordado por la JuCoPo de la Cámara de Diputados; se arrogaron la facultad que le corresponde a la Mesa Directiva. No les importó. Violaciones a Derechos Humanos de los cientos de empleados del Poder Judicial, quienes fueron estigmatizados desde la misma Presidencia de la República, calificándolos de corruptos, razón que llevó al presidente a promover la reforma que trastoca los cimientos de la democracia y debilita el equilibrio de los Poderes. Otros promovieron juicio de amparo a razón de haber defraudado la senadora del Estado de Michoacán, al cambiar de partido y haber votado en contra del mandato que recibió del electorado.

Diputados y senadores violaron varios acuerdos de suspensiones provisionales y definitivas que ordenaban suspender el procedimiento en tanto las autoridades judiciales daban trámite al juicio, que no significaba impedir el trabajo legislativo. Un legislador hizo ver, en sesión de comisiones, la clara violación en que estaban incurriendo, con documentos en la mano. Mas nada les importó, continuaron con las violaciones a las disposiciones emitidas por las autoridades judiciales. El proceso legislativo fue plagado de irregularidades. Luego le siguió el secuestro de un senador para que no asistiera a la sesión y con ello alcanzar la votación calificada ¡Delincuentes! Otro senador fue amenazado con iniciar procesos penales en contra de sus familiares, lo que motivó el claro y evidente vicio de la voluntad, fue obligado a votar en favor de la reforma. Fue así como alcanzaron los votos que requería la aprobación de la viciada reforma constitucional.

Analista legislativo. @HectorParraRgz

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