Las vacaciones de verano han llegado y con ellas el tan esperado descanso de la rutina escolar. Familias enteras se preparan para abandonar la ciudad, listas para conquistar sitios turísticos o visitar a sus seres queridos. Aunque queremos olvidarnos de la rutina, no podemos descuidar algo importante: la seguridad del patrimonio.

Querétaro, a pesar de sus avances, sigue enfrentando un problema serio: los robos a casa habitación. Sí, las estadísticas dicen que han disminuido en los últimos años, pero no podemos darnos el lujo de bajar la guardia. Este estado ocupó un inquietante quinto lugar en la lista de las entidades con las tasas más altas de robos a viviendas en 2023 (por cada cien mil habitantes) según el Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad. En el pasado junio la tasa de robo a domicilio en nuestro estado (5.71) fue más del doble que la tasa nacional (2.71).

Los testimonios de los vecinos hablan de esta realidad preocupante. Las historias de intentos de robo y la percepción de peligro persisten, a pesar de las patrullas y las cámaras instaladas en áreas estratégicas. En zonas como Juriquilla, Milenio III y El Refugio, la comunidad ha tenido que tomar cartas en el asunto para proteger sus hogares. Los grupos de WhatsApp vecinales se han convertido en una herramienta indispensable para la comunicación rápida ante cualquier situación sospechosa. Estos grupos demuestran que, aunque las políticas públicas son esenciales, la participación activa de los ciudadanos es igualmente crucial. Pero ojo, estos grupos también enfrentan sus propios demonios: la paranoia y la desinformación. La constante alerta puede generar ansiedad y llevar a la difusión de información incorrecta o exagerada. Encontrar el equilibrio entre la vigilancia efectiva y el alarmismo es un reto que requiere atención, para que estas herramientas realmente fortalezcan la cohesión y seguridad comunitaria sin sembrar un miedo innecesario.

Las autoridades locales tienen una responsabilidad fundamental en la protección de los ciudadanos. Es esencial que sigan fortaleciendo las estrategias y mejorando la respuesta ante emergencias. La capacitación constante de las y los policías, el combate a la impunidad y la inversión en infraestructura de vigilancia son pasos necesarios para enfrentar este desafío. Pero no basta con eso, la colaboración con la comunidad es clave. Programas de seguridad vecinal apoyados por el gobierno pueden amplificar los esfuerzos locales y crear una red de protección más sólida. La transparencia y la rendición de cuentas en estas acciones públicas son vitales para generar confianza y eficacia en la lucha contra el crimen. En conjunto, estos esfuerzos no solo mejoran la seguridad, sino que también fortalecen el tejido social y la resiliencia comunitaria.

Mientras disfrutamos de las vacaciones, no olvidemos mantenernos vigilantes y proactivos. La combinación de tecnología, organización comunitaria y colaboración estrecha con las autoridades puede hacer de Querétaro un lugar más seguro para todos.


Investigadora de la UNAM, campus Juriquilla

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