En días pasados comentábamos que en toda encuesta encontramos una casilla de los “indecisos”, y que a veces tienen porcentajes superiores a los que necesitan para ganar o perder los candidatos que mide la misma encuesta.
En elecciones competidas, como la presidencial, la zona “indecisos” es un hoyo negro donde están los que al final definirán quién gana la elección, pero mientras tanto no saben o no han decidido, o no quieren decir, y no dicen nada, de estos, 15 por ciento, dicen estar pensando por quién votar pero que muy probablemente no han comenzado a poner atención en los temas electorales.
El investigador Gabriel González-Molina se ha dedicado a definir y “medir” ese hoyo negro que son los indecisos cambiantes o switchers, analiza aspectos de la interpretación o lectura sobre lo que pasará en 2024.
Creer que Morena tiene ganada la elección porque la aprobación de AMLO se mantiene alta es un error. Explica, que hay que distinguir entre que se apruebe su narrativa y otra, muy distinta, votar de nuevo por él o por Morena. “Al presidente lo aprueban muchos, pero la mayoría no votaría otra vez ni por él, ni por Morena”.
Otro error es creer que la oposición puede ganar en 2024 apoyada sólo en los votos contra el gobierno. Esto, reduce la elección a un simple referendo: asumir que los electores decidirán exclusivamente con base a su actitud a favor o en contra del presidente”. Esta visión se reduce a dos franjas opuestas “Pierde de vista por completo que los electores tienen necesidades no satisfechas, expectativas de lo que quieren en sus vidas y que su decisión de votar a favor o en contra de alguien se basa precisamente en la ecuación de quién puede mejorar su situación actual”.
Pretender que el factor decisivo del voto son los candidatos, también es un error. Esta idea es una distorsión de perspectiva más profunda: que la elección depende de lo que se le ofrece al elector, es decir, de “una lógica del mercado minimalista dominada por la oferta”. Es al revés, se deben “plantear los escenarios de voto con base en lo que los electores valoran, necesitan y exigen, con base en la demanda, no en la oferta”.
La tesis central de Switchers S2, explica, analítica y estadísticamente estos errores y el sector clave de la contienda: quiénes son los votantes que decidirán la elección, dónde están y qué quieren.
El segmento de la orfandad, es que “a poco tiempo de la elección de 2024, aún no hay nada para nadie. El mercado está polarizado, pero ninguno de los dos polos es lo suficientemente grande para ganar las elecciones”.
González describe un mercado electoral repartido en cuatro segmentos: los Leales, los Anti y dos segmentos de Switchers: los S1, que votarán muy mayoritariamente por el oficialismo; y los S2, que no han decidido su voto, pero están “alejados del presidente” y “han vivido en la orfandad durante todo el sexenio, con la vivencia de que nadie ni nada los representa”.
Los números de estos cuatro segmentos son así: Leales (voto duro AMLO): 21%, Switchers 1 (muy pro-AMLO): 21%, 3. Antis (voto duro anti-AMLO): 23%, y Switchers 2 (“huérfanos”, sin casilla elegida): 35%. La candidata del Presidente puede decir que si ganan todo el segmento Switchers 1, que les es muy favorable, tendrán 42?% de los votos, una posición alta. La mala noticia es que ese 42?% no es un piso, sino un techo: es lo más que podrán ganar
Por el otro lado, la noticia para la oposición es que los Anti son 23?%, un voto duro mayor que el de AMLO, y que el segmento Switchers 2 está alejado de AMLO, pero tampoco es seguro para la oposición: es un segmento de votantes que hay que ganar ofreciéndole lo que quieren, no lo que creen candidatos o partidos.
¿Y qué quiere el grupo del S2? Valoran el esfuerzo para salir adelante, aprecian el trabajo como fuente de riqueza, necesitan apoyo emprendedor, empleos con potencial de crecimiento, impulso a los micro y pequeños negocios. Exigen mejoras en educación y salud y una estrategia real contra el crimen organizado. Son sensibles a una narrativa de oportunidades para salir adelante y la esperanza de vivir mejor.