El 28 de noviembre, el Aeropuerto Internacional de Querétaro (AIQ) cumplió dos décadas de vida. 20 años transformando tanto de manera directa como indirecta la economía del estado de Querétaro y de la región. 7mil 305 días contribuyendo al turismo, a los negocios y de manera más genérica al desarrollo social y económico del estado.

Este martes #DesdeCabina quiero iniciar una serie de entregas semanales a manera de breve homenaje a la organización, a sus dos décadas de historia, sus impactos y sobre todo, a su gente, compañeros que han visto el nacimiento y evolución de la empresa hasta lo que está por venir. En estos textos, desde una mirada directa pero también indirecta compartiré un poco de los orígenes pero más sobre sus impactos, que descritos de una forma mucho más coloquial y en honor al impacto en la región, son muchos más que solo el haber transportado millones de pasajeros y cientos de miles de toneladas de carga.

Para empezar, me gustaría brevemente compartir la gran visión que el exgobernador Ignacio Loyola Vera tuvo al gestionar, a todos los niveles de gobierno de nuestro país, la creación y construcción de una infraestructura tan estratégica para el estado. No se trata de listar todos los hitos del aeropuerto, pero si es conveniente considerar que le correspondió al exgobernador Francisco Garrido Patrón, quien sucedió al Ing. Loyola, su inauguración. La primera operación registrada por el aeropuerto fue el 28 de noviembre de 2004, con el aterrizaje de un vuelo privado proveniente del puerto de Veracruz, sus pasajeros confundidos, no sabían que aterrizarían por primera vez en una instalación “tan alejada” de la ciudad, lo habían hecho anteriormente en el entonces anterior aeropuerto Fernando Espinoza. El aeropuerto cerraría ese año 2004 con pocos miles de pasajeros. El AIQ Estaba a solo algunos meses de transformar la historia de la industria aeroespacial del país.

En junio de 2005, apenas siete meses después de haber iniciado operaciones, el AIQ era considerado como la base sobre la cual podría establecerse un corredor de manufactura aeronáutica para una empresa fabricante de aeronaves regionales y ejecutivas, la canadiense BOMBARDIER. Esta había tocado la puerta del estado de Querétaro, al igual que lo había hecho en otras tres entidades federativas, Chihuahua, Coahuila y Nuevo León, poniéndolas a competir por la llegada de su inversión para la manufactura de componentes básicos de aeronaves (arneses eléctricos y componentes estructurales de fuselaje). El 26 de octubre del mismo 2005, el entonces Presidente de la República, Lic. Vicente Fox Quezada anunciaba, en el primer hangar ejecutivo del AIQ, la llegada del fabricante de equipo original (OEM por sus siglas en inglés) a México y particularmente a Querétaro.

Una multitud de esfuerzos de gestión pública nacional e internacional para la construcción de política económica y educativa se desataron en los siguientes meses. La creación del primer parque industrial para empresas aeroespaciales de México había nacido; su sede, varias decenas de hectáreas dentro del polígono del aeropuerto con posibilidad de acceso a pista. La idea en el largo plazo, que despegara una aeronave integrada por completo en Querétaro. Continuará…

@Jorge_GVR

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