Hace algunos días platicaba con un buen amigo respecto de la hazaña que se presenció nuevamente en la historia de la humanidad, que para muchos —me incluyo por supuesto—, es considerada un nuevo impulso en la historia de la exploración humana del espacio, y para otros -como mi amigo- fue incluso visto de una forma digamos menos atractiva o incluso útil para “mortales” no científicos como nosotros. La realidad, que quizá fue opacada por noticias “más atractivas” del momento es que estamos en la antesala de toda una nueva posibilidad de exploración fuera del planeta que habitamos.
El 22 de febrero a las 18h23 ET (East Time en USA) alunizó el módulo Odysseus una nave perteneciente a la compañía privada norteamericana Intuitive Machines, dicho alunizaje sucedió un mes posterior al plan original. La significación de este acontecimiento tiene una diversidad de caminos e implicaciones, la gran mayoría quizá escapan inclusive a la imaginación, pero una gran variedad de estos está descrita en el documento que compartí en la entrega previa (pero aquí la incluyo https://www.nasa.gov/specials/artemis/).
Para entender un poco más la complejidad y amplitud del programa Artemis cabe la pena considerar que si bien la NASA ha puesto al servicio de la humanidad una cantidad importante de su experiencia tecnológica en el tema, también ha abierto sus puertas en mayor medida a las alianzas con empresas privadas y agencias internacionales para lanzar uno de los programas más ambiciosos de exploración lunar para catapultar la exploración del espacio profundo, detonando así, de manera exponencial, el desarrollo espacial.
El programa Artemis, entre otras cosas, contempla el desarrollo de un ecosistema lunar que fomente la necesidad de desarrollo tecnológico público, privado e internacional, la habilitación de nuevas competencias y talento humano que sustenten la vida en el satélite terrestre y que sirvan de base para investigación posterior sobre la vida en el espacio, con ello, una nueva economía en desarrollo espacial se vislumbra en las próximas décadas; la medicina, tecnológica alimentaria, telecomunicaciones, transporte espacial, por mencionar algunos temas deberán evolucionar rápidamente. También las inspiraciones de las nuevas generaciones es uno de los grandes motivadores, el surgimiento de nuevas y más amplias formas de desarrollar a los futuros exploradores espaciales motiva esta empresa.
Cómo se pretende completar estas visiones, desarrollando una diversidad de proyectos y sistemas intermedios, que, en conjunto, habilitarán al hombre para exploración ulterior. Una nave espacial (Orión) que transporte astronautas desde y hacia la estación espacial en la órbita lunar: un sistema de cohetes para lanzamientos espaciales (sustentables y de frecuente utilización); sistemas de exploración terrestres para soportar lanzamientos y recuperación de naves en cada misión; una estación espacial orbitando la luna (llamada Gateway) que servirá como punto de enlace entre la Tierra y la Luna, y como laboratorio para desarrollo de ciencia y tecnología espacial; un sistema de alunizaje que servirá de transporte seguro y confiable entre la estación espacial lugar, la base lunar y la Tierra y una base lunar llamada Artemis (con transporte lunar y un hábitat móvil).
La explotación espacial hoy se renueva y si bien sigue siendo reservada para las grandes naciones, los esquemas de colaboración y la creación de ecosistemas triple hélice (Urban Space Ports) plantean oportunidades infinitas para aquellos que se atrevan a soñar con poner un pie en la Luna y más allá.