Una vez que había circulado el proyecto de sentencia del ministro Juan Luis González Alcántara y Carrancá, parecía que había una luz a la salida del camino al proponer la invalidación parcial de la más llamada Reforma a los Poderes Judiciales tanto de la Federación como los de los Estados, pero con el voto en contra del ministro Alberto Pérez Dayán rompiendo con ello el número de los icho votos necesarios para ser aprobado, todo se derrumbó y hoy el túnel de la justicia pareciera que ha quedado en tinieblas convertido en un camino escabros.

La propuesta del ministro Juan Luis González Alcántara y Carrancá proponía que los partidos políticos sí podían combatir la Reforma Judicial y legitimaba a los proponentes; que el poder de reforma no es ilimitado, dejaba un estándar de “máxima deferencia” hacia el poder reformador de la Constitución; prohibe la purga de los cargos de los poderes judiciales como jueces y magistrados; y declara inconstitucional el sistema de postulación de candidatos.

Sin embargo así como sucedió en la votación que se dio en la Cámara de Senadores, se echó a andar todo el poder del Ejecutivo, una vez que lo había logrado con Legislativo, para lograr los votos necesarios y poder destruir la propuesta apenas votada antier martes en el pleno de la Suprema Corte Justicia de la Nación.

El oficialismo del partido Morena y sus aliados Partido Verde y Partido del Trabajo, no se han cansado de difundir que es producto de la voluntad del pueblo que les dio la mayoría en el legislativo, sin embargo no es así, ya que primeramente con la colaboración lograron una mayoría calificada que el pueblo no les dio con sus votos mediante una determinación de sobrerrepresentación que les dio en Cámara de Diputados y menos aún se le dio en las urnas la mayoría en la Cámara de Senadores en la que “a la mala” se hicieron de dos senadores del Michoacán, uno de Campeche y uno de Veracruz y a últimas fechas de una de la Ciudad de México.

Con esa conformación de las mayorías “artificiales” se ha borrado el equilibrio que debería dar el Poder Legislativo ya que sin chistar aprueban sin moverle ni un punto ni una coma a las propuestas emanadas del Poder Ejecutivo y que se convierten en una instrucción y ahora con la destrucción del Poder Judicial, estaremos al contentillo de lo que diga y haga el Poder Ejecutivo no importa que sea en menoscabo de nuestros derecho de toda índole.

El gran privilegio que teníamos los mexicanos, de tener un Poder Judicial Fuerte integrado por juzgadores en su mayoría producto de la carrera judicial, ha sido enterrado y estamos a la deriva. Quizá la mayoría del pueblo de Mexico no dimensione el gran daño que esta reforma le esté asestando a nuestro país, por que nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido, ya que habíamos entrado a lo normalidad de que se respetaba el estado derecho y por eso “la ley sí era ley”, además que se habían disminuido al mínimo los abusos y las arbitrariedades, pero hoy de nueva cuenta nos enfrentamos ante la incertidumbre y la posibilidad de volver al pasado, él que el privilegio era del presidente y los poderosos, pero no del pueblo.

Sin embargo no es momento de perder la esperanza y dejarnos llevar por la depresión social, sino levantarnos y por la vía civilizada con la fuerza del voto lograr comenzar a revertir esa mayoría de la sinrazón y autómata que está al servicio de lo que diga el ejecutivo, se puede y lo lograremos estoy seguro, con empeño y sacrificio, pero necesitamos que nadie se sienta excluido, porque en esta barca todos vamos y debemos poner el máximo de nuestros esfuerzos.

Por lo pronto quienes militamos en el Partido Acción Nacional, el próximo fin de semana habremos de tener nuestro relevo en las dirigencias nacional y estatal, para poder como partido encabezar esa insurgencia ciudadana y espero demostremos una vez más que somos un partido de ciudadanos y para los ciudadanos.

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