Es esencial para una educación de calidad, que se incluyan valores éticos, conocimiento, competencias, capacidad y creatividad. Resulta oportuno seguir resaltando el lema legado a la Universidad Autónoma de Querétaro por el insigne Lic. José Vasconcelos, “Educo en la Verdad y en el Honor”, por su trascendencia en la labor educativa y en la vida misma.
En el artículo anterior se hizo referencia al suceso denunciado públicamente por el director de la Facultad de Medicina de nuestra Alma Mater queretana, Dr. Rodrigo Miguel González, por la forma deshonesta en que 33 alumnos que se presentaron al examen de ingreso obtuvieron la máxima calificación, de ello seguiremos tratando.
Este funesto acontecimiento ha tenido varias consecuencias, entre las que se tienen la no admisión a la UAQ de los 33 aspirantes citados, el despido del personal de la institución involucrado y la ampliación de admisión a un mayor número alumnos aspirantes, quienes necesariamente habrán cumplido todos los requisitos y en el orden del derecho honestamente logrado (calificaciones) en el proceso de admisión y con el alcance de la infraestructura institucional.
La rectora de la UAQ, Dra. Silvia Amaya Llano, ha expresado que lo ocurrido en el proceso de ingreso en la Facultad de Medicina, no es representativo de lo que ha sucedido en el proceso de ingreso reciente en la institución y ha expresado todo su apoyo, dedicación y decisión, para resolver de forma justa el hecho señalado.
En la experiencia de quien aquí escribe, si ha ocurrido en la UAQ, en diversas ocasiones, que personal de la institución se involucre en procesos de ingreso, ofreciendo su intervención a los aspirantes, a cambio de algún pago. Esto es un fenómeno que se repite, porque también existen aspirantes que buscan este tipo de artimañas, queriendo asegurar su ingreso a la institución.
Con toda la importancia y guía del lema universitario “Educo en la verdad y en el Honor”, la UAQ no puede asegurar que todos sus trabajadores administrativos, funcionarios, profesores y alumnos, hagan propio el lema de nuestra institución y se conduzcan con apego a la verdad y al honor; pero sí puedo afirmar, que siempre que se han detectado y demostrado conductas fraudulentas o deshonestas, se han aplicado las medidas legales y sanciones correspondientes.
Asimismo, ha existido el mayor empeño institucional, por lograr que los aspirantes admitidos, sean los que adquieran el derecho a ingresar de acuerdo a sus resultados en el proceso.
En cuanto al ingreso de aspirantes “recomendados” para ingresar a algún programa de la UAQ, también eso se ha erradicado notablemente, hasta donde tengo conocimiento.
Puedo compartir un caso que se me presentó en mi tiempo como rector de la UAQ, cuando un personaje muy estimado me solicitó intervenir para que su hijo ingresara a la licenciatura en medicina, le respondí que la única manera de que fuera admitido era que calificara en el proceso de admisión entre los mejores 60 del total de aspirantes (que llegaban a ser de varios cientos), que era el cupo que se tenía anualmente. Los padres deben educar a sus hijos para ser personas respetuosas y con valores éticos como la verdad y el honor. (Continuará)
Ex Rector de la UAQ