La importancia de la magna obra Paseo 5 de Febrero en nuestra ciudad capital es indiscutible, han sido varios años los que se han requerido para su realización y la inversión ha sido del orden de 6 mil 700 millones de pesos, esta magna obra se encuentra prácticamente terminada y ya está dando magnífico servicio a la movilidad de la urbe, si bien es cierto que la empresa encargada de la construcción ha incumplido en la fecha que estaba comprometida.

La complejidad de las circunstancias para ejecución de la obra, el tamaño y la enorme infraestructura implicada, dan lugar a altos costos, los cuales están justificados por la gran necesidad de mejorar la movilidad de la metrópoli que cuenta con 1.64 millones de habitantes y que ha progresado de manera favorable, considerando que en 2030 tendrá del orden de 2.1 millones de habitantes.

Es prudente advertir, que el costo de la obra es elevado porque su realización ha incluido demoler 7 puentes para construir otras 21 obras complementarias, entre pasos a desnivel y puentes de incorporación a la zona metropolitana. Asimismo, se incluyen ciclovías, un enorme cárcamo de bombeo de 20 mil metros cúbicos para administrar los escurrimientos derivados por las lluvias y estaciones para el sistema de transporte colectivo, entre otras muchas acciones indispensables.

Resulta absurdo pretender juzgar el costo de la obra Paseo 5 de Febrero considerando el costo por kilómetro lineal de una carretera estándar. La pertinencia de esta obra resulta obvia y de gran visión.

En lo referente a costos, no debe omitirse que a la población también se le generan costos, como son las complicaciones en la movilidad que saturan mayormente las ya de por sí insuficientes capacidades viales; también existen afectaciones a las actividades comerciales principalmente en la zona vecina a las obras, esto resulta una consecuencia difícilmente evitable. Entre otras afectaciones, se encuentran los mayores tiempos de traslado de los vehículos, el costo en horas perdidas de las personas, el mayor consumo de combustible y la contaminación ambiental, entre otros.

Evidentemente, los beneficios con este tipo de obras tienen trascendencia positiva duradera, los recursos dedicados son una inversión para el progreso de Querétaro.

La ZMQ ha mejorado notablemente su infraestructura, sin embargo, persisten muchos desafíos por afrontar; la población crece significativamente y pareciera que la infraestructura no logra crecer como las necesidades. El desarrollo requiere ser acompañado con la mejora de la calidad de vida de la población.

Querétaro ha tenido progreso notorio, pero persiste el reto de asegurar la disponibilidad de agua para atender las necesidades de la ZMQ y del estado, el agua que se extrae del subsuelo no puede aportar lo que requiere el crecimiento de la demanda e incluso es, desde hace décadas, insuficiente; los acuíferos están sobreexplotados en la mayoría de nuestro territorio.

El tratamiento de las aguas residuales siempre será esencial, pero resulta poco viable convertirlas en agua potable, además, será muy difícil lograr que con ello se sustituyan o complementen de manera suficiente los requerimientos hídricos del futuro. (Continuará)

Ex Rector de la UAQ

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