En la colectividad que conforma a las mejores universidades del mundo, usualmente se observa en la mayoría de sus alumnos, profesores, funcionarios, egresados y en sus familias, un importante sentido de pertenencia, satisfacción de ser o haber sido parte de ellas. Asimismo, en la población y país en el que se ubican, así como en el extranjero, se extiende una visión favorable sobre estas instituciones, lo que incluye a los sectores público y privado.

La construcción de una identidad con la universidad es fundamental, sentirse honrado al ser parte de ella interviene en el comportamiento de su comunidad. Los diversos atributos que dan prestigio a las mejores universidades se relacionan con la calidad de la educación que imparten, su contribución científica, tecnológica e innovación; así como su pasado, presente y el futuro que se puede prever con razonable certeza, lo que brinda a los universitarios y a sus familias oportunidades de progreso.

Las universidades contribuyen a la formación del capital humano, factor sustancial para el desarrollo de cualquier nación. La calidad del capital humano permite establecer las condiciones esenciales para la productividad y la generación de riqueza, así como para su distribución.

Las naciones que no inviertan en sus universidades y en la educación en general, estarán condenadas al rezago, a la pobreza de su población y a perpetuar la injusticia. Porque la educación puede favorecer la movilidad socioeconómica y genera oportunidades; la ignorancia es un lastre que limita a la población y la hace más vulnerable a la manipulación adversa.

Los profesores de las mejores universidades generalmente deben disponer de varios atributos, entre los que destacan su sólido perfil académico, su capacidad para generar conocimiento, innovación, ciencia y tecnología; asimismo, por su dedicación a la formación del capital humano.

Ser profesor de una universidad de prestigio conlleva enorme responsabilidad, compromiso institucional, actualización, superación continua, lograr el mejor aprendizaje en los educandos, motivar e impulsar la creatividad. El profesor debe ser un ejemplo en el ser y en el hacer, congruente, educando en la verdad y en el honor (lema de la UAQ). Es deber del profesor inculcar el pensamiento propositivo; nunca deberá distraer su actuación en adoctrinar, en cambio sí impulsar la libertad de pensamiento y expresión, fomentando el respeto entre quienes piensan diferente.

Mucho ha influido en las mejores universidades, para ubicarse en los mejores posicionamientos académicos, el apoyo de la población y de los gobiernos, así como de la iniciativa privada; la sociedad en su conjunto es primordial para el sostenimiento de las mejores universidades.

En todo el mundo, los gobiernos y los partidos políticos deben respetar las universidades y a los universitarios, facilitando la alta misión que les ha encomendado la sociedad.

Para las universidades el apoyo del gobierno en fundamental. Asimismo, las universidades han de participar, de manera coordinada, en los planes de desarrollo de la nación a la que pertenecen, sin menoscabo de la facultad para administrarse ellas mismas, con visión de futuro. (Continuará)

Ex rector de la UAQ

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