En esta sección de opinión de EL UNIVERSAL Querétaro, en buena parte del año 2022 y hasta la fecha, ha predominado el tema universitario enfocado principalmente a la UAQ; asimismo, se ha abordado el tópico relacionado con el agua y la sequía que ha afectado a gran parte del país y especialmente a nuestro estado.
Años antes, se han escrito numerosos artículos relativos a la misma UAQ, educación, ciencia, tecnología e innovación, agua, infraestructura, movilidad, medio ambiente y pandemia, entre otros dominantes.
En el año que estamos estrenando persisten muchos de los desafíos que aquí se han tratado y que se deben abordar, porque no se han resuelto. Es justo y sensato reconocer que sí existen avances en la atención de las necesidades, como la referente a la movilidad en la ZMQ gracias al Paseo 5 de Febrero, obra que con gran acierto y visión emprendió nuestro gobernado Mauricio Kuri. No obstante, aún terminada la magna obra, se observa que la alta tasa de crecimiento de la metrópoli parece superar las grandes acciones que se han llevado a cabo. Por lo cual se tendrán que realizar nuevas inversiones en esta materia. También es justo señalar en ventaja, el gran avance que se ha alcanzado en el sistema de transporte público de la ZMQ.
En lo relativo al abastecimiento de agua potable para la ZMQ, se anunció que a finales de 2024 se tendría listo el proyecto ejecutivo del sistema “Batán Agua Para Todos”, el cual considera rehabilitar todas las plantas de tratamiento, la construcción de la línea de conducción de El Batán y la planta potabilizadora de agua. Queda pendiente al financiamiento y la certeza de éxito de lo que se pretende y debe ser avalado por expertos locales acreditados (que podrían ser prestigiosos profesores de la UAQ) y otros externos de reconocimiento nacional e internacional.
La alta tasa de crecimiento de nuestra ZMQ y del estado mismo, exige que el tema del agua se atienda con firmeza, de manera inteligente, así lo requiere este asunto toral, vital para Querétaro. Las medidas que se han tomado para el abastecimiento de la ZMQ, como Acueducto II, lograron atemperar la problemática existente, disminuyó la extracción de agua subterránea; sin embargo, las sequías recurrentes y la población creciente, evidenciaron la insuficiencia del abastecimiento y se retomó el bombeo del agua del subsuelo.
La realidad es que nuestros acuíferos subterráneos siguen siendo sobreexplotados, lo cual no permite su recuperación. No resulta acertado considerar que por un año en el que se logró mejor precipitación pluvial en la zona, las aguas subterráneas se recuperan. Las aguas subterráneas que estamos aprovechando no son consecuencia de lo que pueda haberse infiltrando este líquido vital en los últimos años.
La sobreexplotación de nuestras aguas subterráneas ha causado la subsidencia en el valle de nuestra ciudad. La subsidencia es el asentamiento que se provoca en el terreno la extracción de sólidos o fluidos (agua, petróleo u otros). En la ciudad de Querétaro la subsidencia ha generado la aparición de fallas en el subsuelo, afectando la infraestructura y favoreciendo inundaciones (daños en pavimentos, casas agrietadas y otras averías). (Continuará)
Ex Rector de la UAQ
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