El tema ambiental no dejará de ser uno de los más relevantes, todo lo relativo a preservación de los recursos naturales y a la contaminación que generamos de manera creciente en perjuicio de la atmósfera, agua, suelo y subsuelo.
Querétaro ha seguido el camino para continuar avanzando en su desarrollo, procurando la sustentabilidad; la población aumenta y a eso siempre le acompaña la demanda de más recursos, así como la exigencia de mayor eficiencia en su manejo. Entre los requerimientos fundamentales destacan los referentes al agua y la energía, con la exigencia de prevenir y evitar, en lo más posible, la contaminación.
En el caso del agua, Querétaro tiene uno de los mayores retos, considerando la baja disponibilidad de este recurso vital y la importancia de atender el serio problema que representa su contaminación y lograr el cabal tratamiento de las aguas residuales y su reúso. Es necesario subrayar la importancia de cuidar nuestra mejor reserva de agua potable, que es la subterránea, la cual sigue disminuyendo en su cuantía por la sobreexplotación que se realiza.
Las aguas subterráneas también se encuentran en riesgo de contaminación; tengamos en cuenta que la recarga de estos acuíferos de manera natural es escasa, así como poco viable de manera artificial. Es oportuno reiterar, que la alternativa de recarga de acuíferos por medio de pozos de absorción es poco sensata y además representaría un serio riesgo de contaminación; este tema ya se ha tratado en esta sección de opinión.
En cuanto a las aguas superficiales en la entidad, el proyecto “El Batán” que ha impulsado el gobierno estatal, es una alternativa a la que se le desea éxito, sin embargo, resulta muy complejo lograr la potabilización de las aguas contaminadas, así como la cantidad necesaria para resolver el déficit de este recurso vital, sobre todo para la ZMQ.
Resulta un problema muy complejo evitar la contaminación que se produce en el agua y suelo por las actividades agropecuarias, sin embargo, debe atenderse con firmeza. También persiste el desafío de lograr que las aguas residuales de las urbes tengan el tratamiento necesario y efectivo, así como evitar que se viertan al drenaje sustancias prohibidas para su descarga en viviendas, hospitales, talleres, comercios, empresas y otras actividades económicas, de acuerdo a la normatividad aplicable.
De la misma forma, es pertinente que la infraestructura urbana a cargo del gobierno, los desarrollos inmobiliarios, la industria y el sector agropecuario contribuyan y se obliguen al cuidado del agua de los escurrimientos pluviales, evitando su mezcla con aguas residuales.
En Querétaro y en el país mismo, es difícil encontrar lagos, presas, bordos y ríos cuya agua pueda considerarse potable y es un hecho que esta agua resulta de utilidad para las diversas actividades humanas, además de ser parte de los ecosistemas.
La contaminación atmosférica afecta la calidad del agua de lluvia y los escurrimientos reciben su primera dosis de contaminantes provocada por la actividad humana.
En Querétaro, es crucial atender la problemática derivada de la contaminación ambiental e invertir en la optimización de nuestros recursos hídricos. (Continuará)
Ex Rector de la UAQ
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