La historia se cuenta así en la prensa: un grupo de caficultores organizados de la franja de Huatusco y Coatepec en Veracruz, acusan a una multinacional suiza de pagar bajos precios por su café: 6 pesos el kilo.   Al consumidor en la tienda, un kilogramo del soluble de esa marca lo compra en 400 pesos, de los que se consiguen 500 tazas de la bebida; así que, con solo 4 tazas de un kilo, esa compañía abona el pago al agricultor. ¿Dónde se quedó el dinero restante? En los especuladores, intermediarios y empresa cafetera. ¿Quién pierde aquí? Miles de familias campesinas.

Este tipo de comercio, el convencional —generalmente—  trabaja para llevar  la riqueza a lo más alto de la cadena de abastecimiento de las compañías.  Pocos, ganan mucho y muchos, ganan poco. En tiempos de Covid-19, las personas ya se dieron cuenta que este modelo no funciona. Existe un sistema de compra y venta ético que tiene como objetivo hacer que las personas más pobres que producen los bienes que consumimos, puedan acceder al mercado en condiciones honestas.

Ese es el Comercio Justo. No es nuevo. Solo busca cambiar las reglas desiguales del comercio convencional y ayudar a disminuir la disparidad en el mundo.

En la economía solidaria todos los miembros de la cadena productiva ganan, han generado un sistema más justo en el cual el movimiento cooperativo marca tendencia, con productos más sanos y metódicos con el medio ambiente. Cerca de la mitad de las organizaciones productoras de Comercio Justo adoptan la forma de cooperativas.

El arte de comprar es el arte de pensar, elegir y pagar lo que quieres. Tú decides. Cada uno tomará sus decisiones. ¿Lees detalladamente la etiqueta de ese producto? ¿Revisas que sea un producto responsable con la equidad de género? ¿Esa blusa es de una empresa que exprime a su gente en un “taller de miseria”? El desplome de un edificio en Bangladesh, que albergaba cinco talleres de confección en abril de 2013, acabó con la vida de más 300 personas y causó unos 1,000 heridos. Ese “taller de miseria” maquilaba ropa de marcas internacionales sin proveer de salarios dignos y condiciones de seguridad.

La historia puede cambiar con tu compra. El Comercio Justo es uno de los componentes que contribuye a alcanzar los 17 ODS ( Objetivos de Desarrollo Sostenible).

Los principios del comercio solidario crean oportunidades para los productores en desventaja económica, apoyándolos para que tengan unos ingresos equitativos y puedan abandonar la pobreza. Los trabajadores reciben una remuneración que no discrimina en función del sexo. Fundamental, garantizar la inexistencia de trabajo infantil o forzoso.

El poder es del consumidor. El gran poder lo tenemos nosotros y nuestra cartera. Puedes votar a las empresas en cada compra que haces al decidir donde pagar o consumir con tu dinero. Elige empresas que respeten a sus colaboradores y no discriminen a los colectivos. La gente puede ayudar a la gente sabiendo comprar responsablemente. #ComercioJusto

Emprendedor social
@JUANP_DELEON
hola@juanpablodeleon.com

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