También conocido como azul de Oregón, es uno de los descubrimientos más recientes en el campo de los pigmentos, revolucionando el mundo del arte y la ciencia de los colores. Su descubrimiento fue accidental, y se remonta al año 2009, cuando el químico Mas Subramanian y su equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Oregón realizaban experimentos para desarrollar materiales electrónicos. Durante sus pruebas con compuestos de óxidos de manganeso y otros elementos, notaron que, tras calentar a altas temperaturas una mezcla de óxidos de itrio (Y), indio (In) y manganeso (Mn), surgió un tono azul sorprendente y vibrante. Este nuevo pigmento fue nombrado YInMn Blue, en referencia a los elementos químicos que lo componen.

El hallazgo del azul YInMn fue, en realidad, un accidente dentro de una investigación más amplia que tenía objetivos totalmente distintos. El equipos a cargo de esta investigación estaba experimentando con nuevos materiales para aplicaciones electrónicas, como los semiconductores. El objetivo inicial del proyecto era desarrollar materiales con propiedades eléctricas y magnéticas, no buscar pigmentos. Un día, mientras realizaban experimentos de laboratorio, uno de los estudiantes graduados del equipo, calentó una mezcla de óxidos de manganeso e indio junto con itrio a altas temperaturas (alrededor de 1,200 °C). Al retirar la mezcla del horno, el equipo notó que había producido un vibrante y sorprendente color azul. Este tono resultaba inusual debido a su brillo y profundidad, lo que captó rápidamente la atención del equipo. Aunque no era el enfoque principal de su investigación, de forma inmediata se reconoció el potencial artístico e industrial de este nuevo pigmento.

El azul YInMn se distingue por su color intenso y profundo, similar a los tonos ultramar y cobalto, pero con ciertas ventajas importantes. A diferencia de muchos pigmentos históricos, como el azul ultramarino, hecho originalmente a partir de lapislázuli y extremadamente caro, o el azul de Prusia, que puede ser tóxico, el azul YInMn es no tóxico, estable a altas temperaturas, y resistente a la decoloración. Estas cualidades lo hacen especialmente adecuado para una amplia gama de aplicaciones industriales, artísticas y comerciales.

Desde su descubrimiento, el azul YInMn ha capturado la atención no sólo de artistas, sino también de fabricantes de pinturas y recubrimientos. En 2017, la compañía Shepherd Color Company recibió la aprobación de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) para comercializar este pigmento, lo que impulsó su uso en diversas industrias. A nivel artístico, el azul YInMn ha sido bien recibido por su pureza, luminosidad y estabilidad, lo que lo convierte en una opción ideal para obras que deben perdurar en el tiempo. Este pigmento marca un hito en el desarrollo de nuevos colores, siendo el primer azul sintético descubierto en más de 200 años. Su aparición ha recordado al mundo la importancia de la investigación científica para la creación de materiales innovadores y sostenibles. Además, el azul YInMn se ha convertido en un símbolo del cruce entre ciencia y arte, mostrando cómo los avances en la química pueden seguir inspirando a creadores de todo el mundo.

El azul YInMn no sólo es un avance significativo en el campo de los pigmentos, sino que también ejemplifica cómo la ciencia, a veces de manera fortuita, puede producir resultados inesperados con aplicaciones mucho más allá de su propósito original. Hoy, este pigmento sigue siendo objeto de investigación en diversas áreas, desde la nanotecnología hasta las aplicaciones medioambientales. A medida que más industrias descubren sus ventajas, es probable que el azul YInMn siga expandiendo su presencia en el mercado global. Con un perfil ambiental y de salud más seguro que muchos de sus predecesores, este azul vibrante parece estar destinado a convertirse en una opción preferida tanto para artistas como para aplicaciones comerciales e industriales en el futuro cercano.

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