Luis XVI nunca comprendió del todo algunas de las tendencias de su época; una en particular fue la moda. En el verano de 1775, María Antonieta introdujo un nuevo color en la etapa de la moda. El color varió de un marrón tostado rojizo a un púrpura grisáceo. Sin embargo, cuando Luis XVI lo vio en un hermoso vestido de seda en su esposa, que era un tono similar al rosa palo con un tinte gris, comentó en broma que parecía el color de una pulga “couleur de puce”.
A pesar de la conexión poco agradable con la plaga, el color se expandió rápidamente. Se introdujeron tonos completamente nuevos de “puce” y todos jugaron con el ingenioso comentario del rey. Inicialmente este color iba hacia los marrones grisáceos y tenía una amplia gama de tonos neutros que se designaban como color pulga.
Pink puce es un color rosado, cuyo origen es realmente desagradable, como ya se mencionó Puce es la palabra francesa para la pulga y se dice que es el color exacto que María Antonieta impulsó como su tono de Puce, era el color de las manchas de sangre que quedan en la ropa o sábanas después de una pulga ha sido aplastada. El Diccionario Inglés de Oxford (OED) data el primer uso de inglés “puce” como un color de 1787. El nombre proviene de la palabra francesa puce o pulgas, que proviene de las palabras latinas para pulgas, pulicem o pulex.
Al instante todas las damas se vestían con este color. La manía fue adoptada por los hombres y los tintoreros se agotaron en vano para suplir la demanda horaria. Así el puce se puso de moda, tanto en la ciudad como en la corte. Hombres y mujeres pidieron el color y aquellos que no compraron telas nuevas o los tafetanes, enviaron sus ropas viejas a teñir en busca del color.
La baronesa de Oberkirch escribió cómo Versalles pronto se vio inundada de vestidos de todos los tonos de “pulga” imaginables. Rápidamente se extendió a la burguesía y por una buena razón. Según la baronesa, el color “no se ensuciaba fácilmente”, por lo que era más barato de producir y más fácil de lavar. La demanda pronto llegó a ser tan grande que los tintoreros lucharon por mantenerse al día.
María Antonieta impuso muchas modas ostentosas, lo que la convirtió en un icono de la moda, este rosa era un tono rosa pastel con tonos grisáceos, es un color difícil de definir y parece un color sucio u opaco, a diferencia del rosa laca que se extraía directamente de flores y plantas y producía un rosa brillante más estable.
Pero el rosa pulga, al ser la combinación de varios pigmentos, además cada tintorero tuvo su receta con diversos tiempos para fijar o colorear resultaban varios subtonos que resultaban más cafés o más rosas, lo cual dio origen a nombres como “vientre de pulga”, “muslo de pulga” o “pulga vieja” se convirtieron en opciones a la hora de elegir un tono para un nuevo vestido. María Antonieta parecía haber preferido un tono que se inclinara más hacia el gris ceniza pero con un tono rojizo; pero, incluso, un rosa palo casi deslavado se convirtió en un tono elegante llamado “rosa pulga vieja”.
Hacia el año 1775, el rosa pulga era el color más codiciado entre la burguesía; sin embargo, como todo color de moda, tuvo su declive y se perdieron los recetarios originales dando así la desaparición de este tono por algún tiempo. Fue entre el mundo underground que apareció un color llamado falso pulga más similar al amarillo de Nápoles más sucio, similar a un caramelo opaco.