El verde Kelly es un color vibrante y profundo que evoca inmediatamente imágenes de los paisajes verdes y ondulados de Irlanda. Este tono específico de verde tiene una historia rica y asociaciones culturales potentes, especialmente con la identidad irlandesa y celta, además de desempeñar un papel significativo en el mundo del arte, el diseño y la moda. Este color ha pasado de ser un símbolo de la naturaleza y la fertilidad a un emblema de la lucha, la espiritualidad y la celebración de una cultura milenaria.

El verde Kelly, también conocido como “verde irlandés”, fue nombrado así en honor a la legendaria relación entre Irlanda y el color verde. Irlanda, también conocida como la “Isla Esmeralda”, se caracteriza por sus vastos campos verdes, una geografía que ha sido moldeada por su clima húmedo y templado. Este color en particular se asocia con el folclore irlandés, donde la naturaleza, el renacer y la fertilidad ocupan un lugar fundamental. La tradición irlandesa cuenta que el verde es el color de las hadas y criaturas mágicas, quienes viven en los bosques y colinas de Irlanda.

Históricamente, el verde fue utilizado en la iconografía celta y en las artes visuales como símbolo de la conexión con la tierra. Durante la época medieval, los celtas empleaban pigmentos naturales para teñir sus telas y crear imágenes en sus manuscritos, en los cuales el verde tenía un papel destacado. Con el tiempo, la imagen de Irlanda y su color verde característico se entrelazaron. El “verde Kelly” surgió como una tonalidad más brillante y llamativa, que se diferencia de otros tonos de verde por su intensidad y saturación, capturando la riqueza y viveza de la vegetación irlandesa.

En el siglo XVII, el verde comenzó a adquirir una dimensión más política y nacionalista en Irlanda. Con la ocupación británica, el color verde se convirtió en un símbolo de resistencia y esperanza para los irlandeses. Durante la Rebelión Irlandesa de 1798, el uso del color verde en las banderas y prendas fue adoptado como señal de apoyo a la independencia de Irlanda. Los “United Irishmen”, un movimiento revolucionario que buscaba la independencia del Reino Unido, adoptaron el verde como símbolo de su lucha, y la canción patriótica irlandesa “The Wearing of the Green” se convirtió en un himno de resistencia.

Este color ha permanecido como símbolo de la identidad nacional irlandesa, y es el color principal en la bandera de Irlanda, que simboliza la paz entre católicos (representados por el verde) y protestantes (representados por el naranja) en el país. Hoy en día, el verde Kelly es omnipresente en el Día de San Patricio, una celebración de la cultura irlandesa, en la que el verde se viste y exhibe en todo el mundo.

Con el surgimiento del impresionismo, los artistas comenzaron a utilizar colores brillantes y no naturales en sus obras para representar las emociones y la atmósfera. El verde Kelly, con su intensidad y energía, fue usado en escenas que requerían vitalidad y vida, como paisajes primaverales o jardines. Claude Monet, aunque trabajaba con una paleta amplia, exploró tonos de verde en sus representaciones de jardines y puentes, donde se acercaba a tonos similares al verde Kelly para expresar la frescura de la vegetación y el agua. Otro pintor que exploró la gama de verdes intensos fue Vincent van Gogh, quien utilizó verdes vibrantes en sus obras de naturaleza, conectando emocionalmente al espectador con el paisaje.

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