Los padres de familia se encuentran en un periodo de pausa por las vacaciones escolares. Sin embargo, ya en estos días comenzarán los preparativos para el regreso a clases, y no sólo implica iniciar la dinámica diaria para la ida al colegio, sino prepararse para el desembolso de la compra de útiles, uniformes, libros, materiales y/o colegiaturas que ello conlleva.

¿Te imaginas si no hubiera manera de cubrir esos gastos? ¿Qué pasaría con tu hijo o hija si el principal proveedor del hogar faltara? ¿Cómo podría garantizar la continuidad de sus estudios?

En este contexto, es buen momento para hablar de un seguro que debería ser fundamental en las familias, pero no lo es quizá por desconocimiento del mismo: el seguro educativo.

Este es un producto financiero diseñado para ayudar a las familias a planificar y financiar la educación de sus hijos. Funciona como un plan de ahorro e inversión combinado con un seguro de vida.

Los padres pagan primas periódicas durante un lapso determinado, y en caso de fallecimiento o incapacidad del asegurado (generalmente uno de los padres), el seguro garantiza que los beneficios acordados se pagarán para cubrir los gastos educativos futuros de los hijos.

Sin embargo, como decimos, también es un instrumento de ahorro que garantiza que el beneficiario, reciba el dinero acordado para continuar sus estudios en nivel superior.

Las aseguradoras permiten ahorrar en pesos, dólares o unidades de inversión (UDIS). La recomendación es realizarlo en algo que no afecte el ahorro ante una devaluación de la moneda nacional.

El costo de un seguro educativo puede variar dependiendo de varios factores, incluyendo la edad de los hijos, la cantidad de cobertura deseada y la duración del plan.

Es importante consultar con varias compañías de seguros para comparar precios y características antes de tomar una decisión. Al hacerlo, hay que considerar no solo el costo mensual, sino también la cobertura ofrecida, los beneficios adicionales y las opciones de inversión disponibles.

De acuerdo con la Condusef, en nuestro país ¡sólo 512 mil 889 personas tienen un seguro educativo!

Ojalá cada vez más personas conozcan los beneficios de este tipo de protección, que al final de cuentas representa una inversión estratégica para el futuro académico de los hijos. Nadie puede negar que la educación es una inversión que nunca dejará de dar frutos y que, además, siempre será la mejor herencia.

@finanzasentacon

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