Emprender se dice fácil, parece fácil, pero no lo es. Pero ¿cómo lo sería? Si esta decisión conlleva tomar las riendas de tus sueños y transformar ideas en realidades. Cada negocio que empieza es una semilla que requiere de esfuerzo, creatividad y determinación. Sin embargo, emprender sin duda es un viaje transformador.
Hace unos días se conmemoró el Día Internacional de la Mujer Emprendedora y es buen momento para visibilizar el aporte y los retos de las mujeres al respecto de esta decisión.
Para las mujeres, me atrevo a decirlo porque hace ya cuatro años decidí tomar este camino, el emprendimiento representa una puerta abierta hacia la independencia económica y la autorrealización, pero también la búsqueda de un propósito y de un impacto positivo en la sociedad.
Y esto es real, el emprendimiento liderado por mujeres genera beneficios significativos, según informes del Banco Mundial, las mujeres que emprenden tienen una tendencia única a invertir en educación, salud y bienestar de sus comunidades, lo que multiplica los beneficios económicos y sociales de sus proyectos
En México, según cifras del INEGI, el 36.6% de las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) en el país están lideradas por mujeres, lo que refleja su importancia en el tejido empresarial.
El IMCO ha estimado de hecho los beneficios económicos de sumar a más trabajadoras al mercado laboral, y ha analizado la importancia de mejorar las condiciones laborales de las mujeres para impulsar su entrada, crecimiento y permanencia.
En este sentido se estima que para el 2030, el PIB de México podría ser 15% mayor que el PIB de 2020 si el gobierno y el sector privado implementan acciones para sumar a 8.2 millones de mujeres a la economía.
Cada negocio liderado por una mujer es una fuente de empleo, inspiración y bienestar para muchas personas. Tan solo en la Ciudad de México, la Secretaría de Trabajo y Fomento al Empleo informó que tres de cada cinco empleos formales están asociados con las mujeres, lo que ha colocado a la capital como la primera entidad del país en la generación de empleo formal de este sector.
Pero también vale la pena destacar un concepto clave que las mujeres emprendedoras impulsan y ejercen: la resiliencia empresarial. Y es que si de por sí el camino no es sencillo, en México, las mujeres emprendedoras a menudo enfrentan barreras como el acceso limitado a financiamiento, redes de apoyo restringidas y estereotipos de género.
Cierto es que para maximizar su impacto, es crucial seguir rompiendo las barreras que aún enfrentan y fomentar políticas públicas que apoyen su crecimiento.
El Día de la Mujer Emprendedora nos recuerda que cada proyecto liderado por una mujer es un homenaje a su valentía y visión. Que cada vez haya más mujeres que emprendan y dejen huella, y que demuestren que cuando una mujer apuesta por sí misma, nunca pierde.
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