Como ya lo había adelantado, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) tenía previsto para mediados de este año la presentación de los resultados de su primera encuesta sobre salud financiera en el país.

Y hace unos días, la comisión y el Inegi presentaron los hallazgos de la ENSAFI 2023, gracias a los cuales podemos ahora saber el impacto real de las dificultades económicas en el bienestar de las personas.

Recordemos que el estrés financiero se puede definir como un estado de preocupación y ansiedad ante una situación financiera difícil o de incertidumbre, que puede producir afectaciones fisiológicas, psicológicas y en las relaciones interpersonales.

¿En qué niveles de estrés estamos en el país? De acuerdo con la Ensafi, 59.5% de los mexicanos lo padecen, siendo las mujeres las que sufren más, en un 62.5%, en comparación con 56% en los hombres.

La encuesta también reveló este padecimiento por estado, ya que se pudo observar que varía considerablemente entre las diferentes entidades federativas.

La Ciudad de México lidera la lista con el índice más alto de estrés financiero, con un 69.5%, seguida por Zacatecas y Estado de México, con 65.6% y 64.8%, respectivamente.

En tanto que Nuevo León es la entidad donde hay menor estrés financiero, con 49.8%; le sigue Quintana Roo, con 51.4%, y en cuanto a Querétaro, se encuentra también entre las de menor estrés, con un nivel de 55.4%.

Pero el estrés financiero no sólo tiene impacto emocional, sino también físico: un 45.3% de las mujeres siente ansiedad debido a su situación financiera, en comparación con el 36.6% de los hombres.

La salud se ve mermada por temas económicos, un 34.9% de la población reportó experimentar algún malestar físico, como dolor de cabeza, gastritis, colitis o cambios en la presión arterial, y un 30.7% mencionó sufrir impactos psicológicos, como problemas de sueño o alimentación.

Toda esta valiosa información no debe pasarse de largo, nos obliga en todos los niveles a tomar cartas en el asunto. Ya que no sólo se trata de aprender de educación financiera por mejorar nuestro conocimiento o tener más calidad de vida, no sólo se trata de cuidar nuestro dinero y proteger el patrimonio, se trata de cuidar nuestra salud y la de las personas que queremos.

Veamos la otra cara de la moneda, la Ensafi señala que sólo 17.8% de las personas adultas presentó un nivel alto de bienestar financiero; 31.4%, un nivel medio alto, y 50.8%, un nivel medio bajo o bajo.

¡Solo 1 de cada 10 tiene bienestar financiero! ¿Qué vamos a hacer para voltear la fórmula?

La secretaria de Educación Pública, Leticia Ramírez Amaya, señaló que la educación financiera no sólo empodera a las personas, también fortalece la economía, haciéndola más sólida y dinámica.

Entonces estemos atentos porque esta investigación deberá marcar la pauta para ver cada vez más acciones sustentadas con data para promover la educación y la salud financiera en nuestro país, queremos acciones por el bienestar de todos. Les iré contando.

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