Contratar un seguro de vida es una de las decisiones más prudentes que una persona puede tomar para proteger a sus seres queridos. No es solo una herramienta financiera, es una promesa de seguridad y bienestar. Al fallecer el titular de la póliza, los beneficiarios designados deben recibir el monto asegurado para enfrentar gastos inmediatos, saldar deudas o, incluso, asegurar la estabilidad económica a largo plazo.

Sin embargo, un aspecto crucial que a menudo se pasa por alto es la importancia de informar a los beneficiarios sobre la existencia de esta póliza. Esta simple acción puede marcar la diferencia entre que el seguro cumpla su función o que los beneficiarios enfrenten obstáculos innecesarios. Y es que si los beneficiarios no son conscientes de que han sido nombrados, o si desconocen los detalles del seguro, reclamar esta suma puede ser complicado o hasta imposible.

Por ello, es fundamental no solo contratar el seguro de vida adecuado, sino también la comunicación al respecto, de hacer partícipe al beneficiario de su existencia y los pasos a seguir en caso de fallecimiento. Con esta transparencia y planificación, se puede cumplir el verdadero propósito del seguro: garantizar la protección y estabilidad económica de las personas que más nos importan.

De acuerdo con La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los usuarios de Servicios Financieros (Condusef) existen miles de pólizas de seguros de vida sin haber sido reclamadas por distintas razones, entre ellas que los beneficiarios lo ignoran.

Por ello, la institución recomienda a las personas que cuenten con un seguro de vida, informen a los designados como sus beneficiarios para evitar este tipo de situaciones.

Hace unos años viví una problemática similar. Una persona cercana había pérdido a su padre y desconocía, aunque suponía, que podría tener seguro de vida. Fue cuando acercándose a la Condusef le informaron que podía hacer un trámite denominado SIAB-Vida, el cual está dirigido a aquellas personas que consideran la posibilidad de ser beneficiarias de algún seguro individual o colectivo, pero desafortunadamente no cuentan con documentación al respecto.

A través de este servicio, la institución realiza la consulta a las 42 aseguradoras que operan en México este producto y en un plazo no mayor a 20 días hábiles, en caso de arrojar resultados positivos, informa a los interesados ante quién y cómo reclamar los beneficios de las pólizas de seguro de vida localizadas. Y así fue, un trámite relativamente sencillo, dio la respuesta positiva para que la persona beneficiaria en cuestión pudiera recuperar el dinero que le correspondía.

Informar sobre la póliza y cómo se puede reclamar es una tarea indispensable.


/ @finanzasentacon

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