Por estos días en México ser conservador o, peor aún, ser de “derecha” es algo políticamente incorrecto, eso que avergüenza, que te encierra en el clóset y que te obliga a callar… Puedes decirte abiertamente no binario, de género fluido, ateo o “pro-choice”, pero nunca, jamás conservador.
Cosa curiosa, porque nuestro país es sumamente conservador, en los temas más escabrosos como el matrimonio igualitario, la interrupción legal del embarazo o el uso lúdico de drogas, los ciudadanos se inclinan, mucho más, por una visión “mocha”.
Por ejemplo, de acuerdo con el estudio “Los Mexicanos vistos por sí mismos” publicado por la UNAM (2015), 66% de las personas consideran que el embarazo adolescente no planeado debe de “asumirse” en lugar de “interrumpirse”.
En cuanto al uso lúdico de la marihuana, más del 58% rechaza su aprobación, a pesar de la validación que sobre el tema hizo la Suprema Corte de Justicia de la Nación (El Financiero, noviembre 2020)
En 2015, el presidente Peña Nieto envió una iniciativa al Congreso para permitir, a nivel federal, el matrimonio entre personas del mismo sexo, hubo incluso propaganda de algunos miembros de su gabinete que cambiaron su avatar en redes sociales por la bandera del arcoíris pero, en los hechos, la idea tuvo una enorme desaprobación promedio del 55% de la población y, para colmo, el PRI sufrió una debacle en la elección intermedia de ese año, lo que provocó a algunas fanáticas lecturas achacar la derrota, justamente, a la iniciativa gay.
Nuestro presidente es un hombre conservador, rara vez se pronuncia sobre temas que definirían su falso “izquierdismo” y prefiere salirse por la tangente de “hacer consultas y preguntar al pueblo que nunca se equivoca”, López Obrador mide su existencia en pérdidas o réditos electorales y sabe bien que esos asuntos le costarían muy caro, tome el camino que tome.
Empero, en su lugar no duda hablar de la biblia o de Dios con una frecuencia castrante para quien profesa el Estado Laico… Si fuésemos un país “progre”, el presidente dejaría en paz a la divinidad en vez de invocarla sin chistar arrebujada de lugares comunes.
La visita del presidente de Vox, Santiago Abascal, al Senado fue un error grave en la lectura de formas: ¿era necesario que fuese en las instalaciones de un edificio público con la venia de su coordinador, Julen Rementería?, ¿eran necesarias las fotos a su lado, en pose más de admiración que de búsqueda de acuerdos?, ¿no convenía más que otros senadores, legítimamente conservadores y con gran popularidad, como Lily Téllez encabezaran un encuentro a título personal y con una cobertura mucho más discreta?
Empero, la lectura social no fue nada errada, México podría ser un gran mercado para un partido conservador que sepa, sin radicalismos, plantear esa agenda… ¿Quién se animará?
DE COLOFÓN
Los bloqueos de la CNTE nos han costado más de 1,700 millones de pesos, unos cincuenta millones al día, el gobierno federal no los tocará, el gobierno estatal no actuará más allá de echar culpas al gobierno federal y los ciudadanos ¡se joden!
@LuisCardenasMX